Como las elecciones más inciertas desde el retorno a la democracia se han calificado a las próximas municipales, debido al estreno de la inscripción automática y el voto voluntario, que instalan la interrogante sobre el comportamiento del nuevo padrón.
Mientras el llamado a no votar se basa en el rechazo hacia la clase política, la reivindicación del sufragio como conquista y derecho sirve en contraposición; una decisión que, finalmente, quedará en manos de los 13 millones de chilenos que hoy tienen derecho a votar, pero también a abstenerse.
Si bien bajo el nuevo sistema electoral de inscripción automática y voto voluntario el padrón se amplía en 5 millones de nuevos votantes, también se abre la posibilidad para que los 13, 3 millones de personas que ahora componen el universo electoral no concurran a las urnas, instalando el fantasma de la abstención como una de las grandes interrogantes de la jornada.
Es el mensaje que ha promovido la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), a través de la campaña “#Yo no presto el voto”, pero también grupos como el Partido Comunista Acción Proletaria (PC-AP), ambos llamando a no votar para expresar el rechazo de la ciudadanía hacia el sistema político y la institucionalidad vigente.
En este sentido, la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Bárbara Figueroa, defendió el derecho a sufragar, asegurando que “el voto nunca ha sido un regalo, se ha conquistado con lucha, ninguno ha tenido el derecho a voto simplemente porque se lo han querido entregar las autoridades”, señaló, recordando que el voto femenino se consiguió recién en Chile en 1926.
La dirigenta, quien este lunes solicitó al Gobierno mayores facilidades para que los trabajadores sufraguen este domingo –legalmente solo tienen dos horas para hacerlo-, agregó que aunque “es legítima la opinión de todos los sectores, entendemos que el voto no da lo mismo, es un espacio que hemos ganado y tenemos que seguir ejerciéndolo, porque hoy es posible hacer cambios a través de él, no es cierto que da lo mismo por quién se vota”.
En la misma línea es que se han generado campañas que llaman a los ciudadanos a informarse sobre sus candidatos y votar de manera responsable (“No botes tu voto”) , así como para incentivar el voto juvenil (“#Franja de los que sobran”), el más reticente según los expertos.
Según la coordinadora de la “#Franja de los que sobran”, organizada por la Fundación Ciudadano Inteligente, Educación 2020, Un Techo para Chile, Iguales y ChaoPescao, María Luisa Sotomayor, la iniciativa busca “ilustrar que quizás es la clase política que quiere que los jóvenes no voten, porque si votan las cosas se mantiene exactamente igual. La franja dice ‘si tú no votas las cosas no cambian, pero si votas, manifiestas tu contento o tu descontento este domingo en las urnas’”.
En este contexto, de acuerdo a la última Encuesta Bicentenario UC – Adimark conocida durante el fin de semana, un 58 por ciento de los entrevistados que pertenecen al grupo de nuevos inscritos sostuvo que no acudirá a votar; un 23 que sí lo hará, mientras un 13 por ciento se mantiene en duda.
Sin embargo, para el director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica, Ignacio Irarrázaval, de todas maneras el padrón se ampliaría en un 10 por ciento en relación a elecciones previas, lo que “cualitativamente es importante, porque va a haber un porcentaje de jóvenes que si no hubiera inscripción automática no se hubieran acercado al padrón electoral, eso es importante”.
Por otra parte, de los antiguos electores, solo un 9 por ciento afirmó que se abstendrá de votar, un 80 si lo hará y un 11 por ciento está en la duda. A juicio de Irarrázaval este cambio no es atribuible a los cambios de legislación “pues es un número que estando inscrito, ya no estaba yendo a votar”.