Conocí a Los Ángeles Negros desde sus orígenes. Me llamó poderosamente la atención que en aquellos años surgiera una banda vocal e instrumental en provincia, cuando era la época del centralismo más marcado de Santiago.
Su calidad musical, el matiz elevado de la voz de su vocalista, su vibrato seguro y llamativo, junto con las canciones elegidas para grabar, lo hacían muy original. Su primera formación estuvo integrada por Mario Gutiérrez (guitarra), Cristian Blaser (Batería), quienes invitaron a integrarse a Sergio Rojas (Bajo) y Germaín de la Fuente (Organo y voz).
En ese entonces yo trabajaba en Radio Chilena, la emisora juvenil por excelencia, donde los acogimos con entusiasmo. La radio representaba los gustos de la juventud del país y necesitaba nutrirse permanentemente de artistas noveles, que despuntaran. Es decir, apoyo mutuo y necesario.
El sello EMI los contrató a comienzos de 1969, para lo cual se integró a René Torres (batería) y Jorge Villaroel (Segunda guitarra), consiguiendo grabar cinco temas. A pesar de aquello, se disolvieron en Agosto de aquel año.
En octubre de 1969 se inició una nueva etapa con Lucho Ortiz (Batería), Jorge González (órgano) y Nano Concha (bajo), grabando siete canciones de su primer LP, titulado “Porque te quiero”. Fue tal el éxito que de inmediato comenzaron a grabar el álbum “Y volveré”, que significó el despegue definitivo.
Sin duda, Los Ángeles Negros marcaron una época en la música popular chilena. Se convirtieron en un hito artístico de nuestro país y en el extranjero. Fue la primera banda vocal e instrumental electrónica que salió del país y conquistó toda América Latina, Estados Unidos y Canadá.
A pesar del éxito rotundo, los conflictos internos persistieron y en 1972 se retiró Lucho Ortiz, ingresando Luis Astudillo. Y en Mayo de 1974, se fue Germain, siendo sustituido por el mexicano Ismael Montes.
Este grupo chileno, nacido de las profundidades provincianas, irrumpió con tal fuerza en el panorama artístico musical de América, que su estela fue seguida por numerosos jóvenes talentos de Chile y el extranjero. Muchos grupos de Chile, Perú, Venezuela y México les imitaron.
Su mejor legado han sido sus canciones y el ejemplo para los jóvenes artistas que vinieron detrás, porque demostraron que es posible triunfar, aunque sea desde provincias. Es posible triunfar, si se tiene capacidad creativa en el sentido musical y en el estilo. Si se mantienen claros los orígenes de cada cual, como personas y como músicos. Si no se pierde de vista el trabajo constante y humilde, junto a un equipo, para alcanzar las metas que se van proponiendo.
En consecuencia, Los Ángeles Negros dejaron como legado una enorme experiencia positiva, pero también, aquellos aspectos negativos que conducen a la división y que hay que evitar repetirlos.
Miguel Ángel San Martín
Diario Crónica Chillán
Viernes, 12 de octubre de 2012.
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