Pese a que el PC y la Concertación establecieron acuerdos para las municipales, hay tensión entre los dos sectores luego que el presidente del Senado rechazara la idea de una Constituyente. En otros partidos ven la controversia con preocupación, mientras la disidencia socialista recuerda que el último congreso del partido respaldó la propuesta.
Continúa la controversia entre el presidente del Senado, Camilo Escalona, y el Partido Comunista.
El parlamentario socialista rechazó la propuesta de una Asamblea Constituyente, comparándola con “fumar opio”, y escribió en una columna que el PC había lanzado “una vistosa arremetida” en su contra a través de “sus brigadas de propaganda”. Asimismo, hizo un llamado a la responsabilidad y sostuvo que las reformas constitucionales “son necesarias y posibles”, pero fijar la Asamblea Constituyente como política de izquierda es inalcanzable.
Estas declaraciones provocaron escozor entre los dirigentes comunistas. El líder del PC, Guillermo Teillier, dijo que el presidente de la Cámara Alta busca impedir que se discuta la opción de una Asamblea Constituyente.
Respecto del llamado a la “responsabilidad” hecho por Escalona, el diputado Teillier respondió que “de ser así, tendríamos que seguir ad eternum con el actual sistema y no podríamos ni siquiera pretender cambiarlo”.
Teillier recalcó que “nosotros no comenzamos esta confrontación de ideas, por llamarla de manera elegante. La comenzó él aludiendo a nosotros y solo respondimos”.
“Que tengamos una campaña contra el senador Escalona, de ninguna manera. Él empezó hablando contra nuestro partido, nosotros no hemos dicho nada del PS ni hemos generado otro tipo de discusión. Claro, si el partido se siente agredido, puede que algunos intenten responder y creo que salió un papelógrafo por ahí, pero no es más que eso. Una campaña contra el senador Escalona, incluso, sería una pérdida de tiempo”, afirmó.
Pero no solo en el comunismo rechazaron las opiniones de Escalona. Entre la disidencia de la actual conducción del Partido Socialista tampoco han caído bien sus expresiones. El diputado Marcelo Díaz, por ejemplo, subrayó que el último congreso del PS respaldó la opción de una Asamblea Constituyente y añadió que “el senador Escalona comete un error que viene cometiendo hace rato, que es creerse depositario de la verdad absoluta y plantear siempre las cosas en términos del apocalipsis: o yo o el caos”.
De acuerdo al parlamentario, la posición de Escalona “le hace mal al esfuerzo que tenemos que hacer para construir una amplia base político social que sirva de sustento a un futuro gobierno de las fuerzas progresistas. Le hace mal al rol que tiene que jugar el PS y me alegro, eso sí, que clarifique que es una opinión personal y no parte del PS”.
En ese sentido, Díaz cuestionó la “tibia” posición del presidente del PS, Osvaldo Andrade, y consideró que “esto es parte de una realidad que hace mucho tiempo se viene dando, en que un grupo de dirigentes históricos de la Concertación se sienten no solo dueños de ésta, sino también depositarios de la verdad. Eso nos ha hecho mucho daño”.
La discusión se da cuando el PC y la Concertación mantienen pactos para las elecciones municipales y buscan proyectarlos para las parlamentarias y presidenciales del próximo año.
El PPD, por ejemplo, es uno de los partidos que integra la misma lista de concejales que el PC. Por eso, su presidente, Jaime Quintana, expresó su preocupación por la controversia: “No somos parte de esta controversia y esperamos que no continúe. Si continúa, genera preocupación, porque se trata de fuerzas que están en la oposición y hoy día estamos haciendo esfuerzos grandes para establecer una coordinación que pueda estudiar en forma común los proyectos que se están discutiendo en el Parlamento. Entonces esperamos que esta polémica pare pronto, para evitar generar estos ruidos que, claramente, son innecesarios”, dijo.
La discusión será uno de los temas que se tratarán en el cónclave extraordinario que el Partido Socialista realizará el próximo 8 de octubre, en que sus principales dirigentes pretenden aliviar las tensiones que podrían obstaculizar una eventual candidatura presidencial de Michelle Bachelet.