México DF.- En entrevista con Clarín.cl Ernesto Navarro Guzmán, presidente de la Comunal México del Partido Socialista de Chile, respalda La Cuarta Urna: “Conjuntamente surge la propuesta de la Asamblea Constituyente, proponiendo abolir la Constitución y erigir una nueva y democrática, pues aquella hija de la dictadura quedó atada con altos e imposibles quórum en el caso de querer reformarla. En este vasto momento surge el Comité de Iniciativa, respaldado por organizaciones políticas, de base y estudiantiles para activar la idea de una Asamblea Constituyente que permita contar en un futuro con una nueva Constitución, encabezado por Gustavo Ruz Zañartu y ese contingente se asumió en la lucha por la Asamblea Constituyente”
Ernesto Navarro fue dirigente estudiantil en la Universidad de Chile, trabajó en la Secretaría Juvenil de la Presidencia de Salvador Allende; después del golpe de Estado vivió en la clandestinidad, en 1975 partió al exilio a la República Democrática Alemana (RDA), en 1982 llegó a México para estudiar la Maestría en Economía, en el Centro de Investigación Económica (CIDE); desde 1996 es Profesor Investigador en la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), y a partir de 2010 preside la Comunal México del Partido Socialista de Chile.
Dada su experiencia, Navarro Guzmán opina: “La candidatura presidencial no es prioridad en este momento. Ahora, sin lugar a dudas que si de mí dependiera exclusivamente, que no es el caso, haría un llamado para adherir a Gustavo Ruz. Antiguo socialista, ex Secretario General de la Juventud Socialista, colaborador estrecho del Presidente Salvador Allende, miembro de la primera Dirección del Partido Socialista en la clandestinidad durante la dictadura, prófugo de los esbirros de la dictadura, luego exiliado, y de los primeros en plantear la necesidad de cambiar la Constitución, así como de otras variadas y no menos significativas iniciativas a favor del pueblo y de la democracia”.
MC.- La Cuarta Urna y la Asamblea Constituyente fueron pretexto para el golpe de Estado en Honduras de 2009, ¿por qué en la actualidad no sería un problema convocar a una Asamblea Constituyente en Chile?
EN.- Bueno, hay que partir por analizar brevemente: ¿qué se tiene en esta verdadera álgebra de lo social y político? se tiene que José Manuel Zelaya Rosales, candidato del Partido Liberal de Honduras (partido de centro-derecha), ganó las elecciones hondureñas celebradas en 2006 con alrededor de del 50% de los votos, superando por un 5% a su inmediato competidor, Porfirio Lobo, del derechista Partido Nacional. Estos dos partidos suponían la posibilidad de la realización de un bipartidismo que protegiera hipotéticamente los perennes privilegios de la oligarquía hondureña que, después de estas elecciones quedaba relativamente tranquila sin imaginar lo que un hijo de su seno podría hacer una vez en el poder ejecutivo.
Pero una vez que Zelaya comenzó su mandato se encontró con un país con unos grados superlativos de desigualdad, lo cual no era ni es una novedad en la región. Un país que necesitaba importar petróleo para hacer funcionar la precaria industria y así como las faenas del campo. Pero ello suponía que con dichas importaciones aumentaba la deuda externa hundiendo al país todavía más. Es entonces cuando Zelaya se empieza a enemistar y caer en contradicciones con la oligarquía de Honduras convirtiéndose en un eventual peligro para el staus quo. Paralelamente, Venezuela se encontraba promoviendo por aquel tiempo Petrocaribe, una iniciativa de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA), la cual significaba que Venezuela vendía su petróleo a un “precio justo” -no de mercado- y con muchas facilidades de pago a los países caribeños que no tenían en su suelo tal recurso como lo son los hidrocarburos, y además no podían permitirse importarlo a precios de mercado. Zelaya no lo pensó mucho y se sumó a la iniciativa para así adquirir petróleo a un 40% más barato que el precio de mercado y además pagarlo, al menos a la mitad de lo que comprase, a un 1% de interés a 25 años plazo, con opción para pagarlo a crédito. Quedando por lo tanto con la posibilidad de invertir dinero así librado en programas sociales. Con ello, y sólo como ejemplo, se puede mencionar que dio ayudas para abaratar el precio de los combustibles para que el pueblo pudiera hacer uso de ellos sin empobrecerse todavía más, también incrementó el salario mínimo en un 60%, además también ayudó al pueblo hondureño reduciendo la tasa de interés en el pago de la vivienda. Tales ayudas reactivaron relativamente la actividad económica del país ya que los hondureños, por ejemplo, inducidos por el abaratamiento de los costos de la vivienda comenzaron a construirse sus casas comprando materiales y ampliando el empleo en el sector de la construcción. Todas estas acciones que desarrolló Manuel Zelaya en su gobierno fueron una grave provocación a la oligarquía de la que él mismo proviene, y que contemplaba cómo Zelaya iba girando su política hacia propuestas consideradas de izquierda (no obstante que fueron medidas que en nada ponían en aprietos al sistema) a favor de los pobres en forma decidida. Incluso su propio partido no le apoyaba en el congreso con sus iniciativas, al igual que el resto de partidos de Honduras exceptuando a la Unificación Democrática, el único de los cinco partidos existentes en Honduras que, con sus cinco escaños en el congreso apoyaron siempre a Zelaya.
Pero lo que colmó la paciencia de los sostenedores del capitalismo fueron tres cosas: la primera, fue la integración de Honduras al ALBA, que le costó un año de esfuerzos a Zelaya pues su ingreso al organismo internacional debía ser aprobado previamente en el congreso que lo rechazó varias veces, no obstante finalmente logró ingresar a la alianza. Con el ingreso al ALBA este le proporcionó al gobierno de Manuel Zelaya fondos para aumentar el gasto social, proyectos que dieron trabajo a grandes contingentes del pueblo hondureño y también abrieron un nuevo mercado con preferencias comerciales para los productos del país centroamericano. Lo segundo fue que, gracias al ALBA, Zelaya intentó terminar con las existencias de bases militares norteamericanas en Honduras para convertirlas en aeropuertos comerciales que beneficiasen al pueblo con la natural molestia de los Estados Unidos. Y, la tercera fue la posibilidad de expresión pública que Zelaya quiso darle al pueblo para llevar a cabo una consulta en la cual los hondureños se pronunciasen sobre si querían celebrar una Asamblea Nacional Constituyente para dotarse de un nuevo texto constitucional. En ella se formulaban las ideas de nacionalizaciones, de democracia participativa, siguiendo el ejemplo de Venezuela, Bolivia y Ecuador, lo cual ahora si ponía en riesgo el modelo de sustentación de la derecha. Para ello se iba a celebrar un referéndum el domingo 28 de junio de 2006 donde el pueblo votaría sobre si en las elecciones generales de noviembre ponían una cuarta urna, además de la de diputados, alcaldes y presidente, en la que el pueblo votaría si quería que se celebrase una Asamblea Nacional Constituyente.
Zelaya quería incluir el referéndum revocatorio, entre otros muchos aspectos de una democracia participativa, mediante la cual el pueblo podría revocar el mandato de cualquier cargo público. Eso significaba que personas como el presidente del congreso por aquel entonces Roberto Micheletti, del mismo partido que Zelaya, podría no tener asegurado los 28 años que lleva éste en el cargo. También se hablaba de que los partidos no fueran el único medio por el que los ciudadanos influyeran en el gobierno una vez cada cuatro años, sino que en la nueva constitución se establecería que los ciudadanos podrían influir todos los días de año en los asuntos públicos decidiendo aspectos como las obras públicas que se ejecutasen en sus lugares de residencia o incluso las leyes aprobadas con el “parlamentarismo social de calle” que se da en, por ejemplo, Venezuela, El Salvador y en Nicaragua.
Frente a estos hechos, la derecha con apoyo de los Estados Unidos decidió actuar: frente a la conducta enemiga de sus intereses que Zelaya había mostraba, y ello radicalmente, no sólo en su discurso, sino que lo había acompañado con hechos, no se debería esperar más. Una expresión de claridad de los pasos la dio Manuel Zelaya cuando junto con los países del ALBA celebró en Caracas el décimo aniversario de la Revolución Bolivariana. Zelaya se dirigió a los cientos de miles de venezolanos que celebraban el aniversario proclamando que Venezuela era “el ejemplo a seguir” y que había que “tumbar al capitalismo y al imperialismo que por cientos de años habían expoliado a América Latina”.
La ofensiva que la derecha esgrimió como argumento central fue que era ilegal, por ser anti constitucional, pues no estaba contemplada tamaña medida como era el que se tomara en cuenta la opinión del pueblo en forma regular. Así, Zelaya debió, frente a la ofensiva de la derecha, destituir de su cargo al general Vásquez Velásquez, por no repartir material para la consulta desacatando un mandato presidencial. Pero la justicia hondureña, integrada por la oligarquía lo volvió a restituir en su cargo, advirtiendo con ello a Zelaya que por allí no podría pasar. El presidente hondureño era además un líder popular lo que propició que saliera junto con el pueblo literalmente a tomar la base aérea donde se encontraba el material electoral y repartirlo para efectuar las votaciones. Mostrando con ello que el presidente estaba irremediablemente del lado del pueblo. Y, por supuesto la oligarquía no estaba dispuesta a ceder sus privilegios en beneficio de las mayorías. El resultado termina con el golpe de estado “blanco” que no fue más que un trámite administrativo/judicial. Una vez más en América Latina hemos visto repetida la película ya vieja. Nada más que ahora los acontecimientos y su desarrollo anuncian nuevas formas de actuar del imperialismo y sus aliados internos.
Considerando el caso de Chile encontramos algunas diferencias: se tiene un país en donde la derecha económica y política dominan ampliamente el panorama político, mucho más desde cuando impusieron los acuerdos del Consenso de Washington. Luego de la larga dictadura de 17 años con Pinochet a la cabeza, se gestó una salida pactada, en la cual tomaron parte sectores de la propia derecha, los EEUU, y los sectores opositores compuestos por el Partido Socialista (PS), la Democracia Cristiana (DC), Partido Radical Social Demócrata (PRSD), Partido Por la Democracia (PPD) y la Iglesia Católica, así como se sumaron otros sectores que constituían poderes fácticos como las Fuerzas Armadas, las transnacionales, y el empresariado nacional. En dicho pacto quedó más que claro que no se tocaría nada de la obra de la dictadura. Vale decir la imposición del modelo neoliberal de desarrollo, lo cual significó que se mantuvo la Constitución impuesta que garantiza la vigencia de lo logrado por la dictadura y que daba viabilidad a tales condiciones. En lo político significó que la dirigencia de lo que fue la oposición (ahora denominada Concertación de Partidos por la Democracia) claudicó y fue claramente cooptada, la cual dio muestras de fidelidad al pacto entregando la riqueza básica de Chile como es el cobre (lo cual no había realizado la dictadura), y hoy se maneja la entrega del litio, otra riqueza significativa para el desarrollo del país. Se desmovilizó al pueblo (“paz social” le llamaban) y se terminaron de abrir las fronteras al capital financiero en forma amplia. Con el pacto se consolidó la política de privatizaciones extremas de lo todo lo que fue propiedad pública alguna vez. Y abundando, hoy en septiembre del 2012, una vez más se contempla la aprobación de un “ajuste impositivo” (reforma tributaria le llaman) con el respaldo del conglomerado llamado Concertación, no sin musarañas esperando quedar más o menos bien con Dios y con el Diablo, pero finalmente mucho más con el Diablo. Todo ello para preparar una plataforma que reciba a Bachelet (que no se decide entre un posible, y también dudoso, futuro cargo de Secretaria General de las Naciones Unidas o nuevamente Presidenta de Chile) para seguir con más de lo mismo.
Por lo tanto en el caso de Chile La Cuarta Urna no pone en peligro los privilegios de la oligarquía chilena ni del imperialismo, hasta ahora que se sepa. Ello está amarrado y muy bien amarrado mediante la Constitución confeccionada por la dictadura. La iniciativa de La Cuarta Urna será detenida posiblemente en el congreso de diputados y senadores con relativa seguridad. Con la salvedad de que el pueblo chileno salga nuevamente a las calles y obligue a aprobar la instalación de esa posibilidad de expresión y con ello abra las puertas a la apertura democrática. En todo caso tal propuesta ha puesto en el tapete la idea de la necesidad de contar con una Constitución legítima, no monárquica, no “pétrea” y no ilegítima como la actual, producto de de la dictadura y luego de la claudicación.
Así las cosas, en una apreciación somera, se advierte que el descrédito de las instituciones, los partidos y los dirigentes políticos se encuentran al borde de una crisis de legitimidad. No pocos dirigentes del conglomerado político conocido como la Concertación (hoy ya agónico) se sienten atrapados por una evidente situación entre el desprestigio y el alza de la práctica de la “democracia a la calle”, que se retroalimentan sin detenerse. Y cada vez son más los que piensan, como el ex presidente Ricardo Lagos (PS y PPD) o el presidente de la DC, Ignacio Walker (cuyas opiniones irritaron al oficialismo) que el inmovilismo en el sistema político, representado principalmente por la UDI (Unión Demócrata Independiente), con la amplia colaboración de la Concertación en su conjunto, y su rechazo a cualquier esbozo de reforma, puede conducir a un escenario en que la protesta callejera se vuelva permanente y en algún momento se salga de control. Algunos sectores afirman que La Cuarta Urna podría ser una respuesta a esa duda: o sea una consulta plebiscitaria que, junto a las elecciones presidenciales, senatoriales y de diputados, plantease la opción de reformar o no la Constitución conjuntamente con las modalidades del mecanismo para hacerlo realidad. Habría que señalar además que como afirma el historiador Gabriel Salazar, no hay ningún caso, en toda la historia de Chile, en que los partidos y sus dirigentes hayan promovido la deliberación abierta para transformar el sistema constitucional. Ni siquiera durante la Unidad Popular. Pero tampoco hay muchos precedentes de la caída prolongada y en picada del prestigio de los políticos (“clase política” se debe decir ahora) que ya se prolonga por diez años. Ahora, hoy, las condiciones materiales y sociales han cambiado se trata entonces de discutir el sistema político social en o en qué condiciones desean los chilenos vivir, esto es, las modalidades de instituciones políticas, económicas y sociales. Vale decir que en la presente situación se trata de discutir el sistema político, de sus instituciones, económicas y sociales en la cual opera la “más que distraída” democracia vigente. Sumado a ello, se da además que las presentes generaciones deben pensar y exigir que las generaciones del futuro, de su hijos, tienen el legítimo derecho a delinear sus propios ideas de cómo vivir y como normar esas modalidades, ya que con la constitución presente no les es posible realizarlo por la condición pétrea de la misma, y deberán seguir viviendo bajo la égida de la actual constitución, no obstante que los tiempos y las condiciones serán otras.
Pero las cosas no le han sido tan fáciles a la derecha y a sus colaboradores de la Concertación de Partidos. De pronto aparece el movimiento estudiantil, no de la mañana a la noche, sino que es la culminación de un proceso que venía gestándose desde la época anterior a la llamada “revolución pinguina”. Es así que conjuntamente surge la propuesta de la Asamblea Constituyente, proponiendo abolir la Constitución y erigir una nueva y democrática, pues aquella hija de la dictadura quedó atada con altos e imposibles quórum en el caso de querer reformarla. En este vasto momento surge el Comité de Iniciativa, respaldado por organizaciones políticas, de base y estudiantiles para activar la idea de una Asamblea Constituyente que permita contar en un futuro con una nueva Constitución, encabezado por Gustavo Ruz Zañartu y ese contingente se asumió en la lucha por la Asamblea Constituyente. Es así que el viernes 31 agosto 2012 anunció la presentación de un proyecto de reforma constitucional tendiente a “establecer un mecanismo que permita convocar” a dicha instancia (Cuarta Urna), algo que actualmente no permite la Carta Magna, según explicó el constitucionalista Mauricio Salinas.
Para respaldar el trabajo realizado hasta ahora por estos sectores, el senador radical José Antonio Gómez se sumó al debate anunciando la presentación de una reforma constitucional que ha denominado “La Cuarta Urna”. El parlamentario espera que el mundo político ligado a la Concertación se sume a esta iniciativa que, a su juicio, es “profundamente democrática”. El proyecto de reforma constitucional es patrocinado por los senadores Fulvio Rossi (PS); Jaime Quintana (PPD), Alejandro Navarro (MAS) y José Antonio Gómez (PR). Este último ahora activo impulsor de la iniciativa así como agrupaciones sociales que hicieron el anuncio de ésta y otras iniciativas para promover el debate por una Asamblea Constituyente se expresó también que lo que se busca con estas actividades es “generar presión política y el debate público que es con lo que se pretende avanzar”. Gómez admite que en la actualidad, en el Congreso, que es donde se debe resolver el tema, no están los votos para que sea aprobado el proyecto que han denominado de La Cuarta Urna, pero no pierde la confianza en que será la presión ciudadana la que provoque que muchos de los que hoy se oponen al concepto, pudieran terminar aprobándolo, tal como pasó con la nacionalización del cobre promovida por el Presidente Salvador Allende.
El contenido esencial de la reforma, que se presentó formalmente el lunes 3 de septiembre en el ex Congreso en Santiago, apunta a la creación de una “cuarta urna” en el marco de las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales, en la que los electores podrán expresar si de desean reformar la actual Constitución a través de una Asamblea Constituyente o prefieren dejarla como está. Agrega Gómez que: “las actividades que han tenido las organizaciones sociales a través de los años por lograr una Asamblea Constituyente, es un trabajo complejo y difícil y muy valorado por la ciudadanía. Hoy, lo que hicimos, en concordancia con las organizaciones, es presentar un proyecto de reforma constitucional que tiene por finalidad instalar una cuarta urna plebiscitaria para los efectos que la ciudadanía, democrática e informada, determine si hay o no una nueva Constitución y que ésta sea redactada a través de una Asamblea Constituyente”.
A juicio, de Gómez: “aquí, no hay otro acto más democrático que pedirle a los actuales parlamentarios que permitan que la ciudadanía vote si quiere, o no una nueva Constitución con una redacción democrática”, por lo que señaló que le pedirá a los demás senadores de la Concertación que respalden la iniciativa. Así mismo el principal impulsor de la iniciativa Gustavo Ruz (Coordinador del Comité de Iniciativa por una Asamblea Constituyente), ha expresado en conferencia de prensa durante esta semana: “Convergemos en este lugar y en esta coyuntura histórica, representantes de organizaciones sociales y parlamentarios, entre quienes existen muchas diferencias acerca del diagnóstico de la realidad nacional y las propuestas para el futuro del país. Nos une, sin embargo, la convicción de que todas las ciudadanas y ciudadanos, sea que vivan dentro o fuera del territorio de Chile, debemos ejercer nuestro derecho a la autodeterminación. Que no podemos aceptar que, por más de 30 años, nuestros pueblos han estado sometidos a una constitución ilegítima en su origen, portadora de valores y principios antidemocráticos, que relega al ser humano y a la comunidad para privilegiar al gran capital. Y que si no nos movilizamos, la tendremos por 30 años más” (3/8/2012).
Desde los albores de la resistencia al colonialismo español y de la fundación de la República, pasando por la lucha antidictatorial hasta 1990, los más ilustres forjadores de nuestra Historia lucharon hasta el precio de sus vidas para hacer efectivo el principio de la soberanía nacional y popular. Hoy, la casi totalidad de las agrupaciones sociales, sindicales, estudiantiles, de pueblos originarios, ambientales y culturales de carácter sectorial o territorial, han resuelto reclamar la convocatoria a una Asamblea Constituyente y no aceptar que la mayoría de las chilenas y chilenos permanezcamos reducidos a la condición de meros consumidores excluidos del debate y de las decisiones que conciernen a los poderes públicos. Somos mayoría en la base social y por ello exigimos a los parlamentarios que no se arroguen la potestad constituyente sino que reconozcan la supremacía del poder constituyente originario que radica en todos los pueblos de Chile. Por eso hoy, gracias al apoyo de un grupo de abogados democráticos, presentamos este Proyecto de Ley y solicitamos a los senadores y diputados de los diferentes partidos políticos, aquí presentes, que lo ingresen a trámite parlamentario, a fin de que en las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2013, la ciudadanía pueda decidir si continúa maniatada a la camisa de fuerza que nos impusieron los poderes fácticos, o si nos ponemos a la altura de las naciones democráticas de América y del mundo, para convocar al único soberano: el pueblo de Chile, a que genere una Constitución Política verdaderamente democrática. Y declaramos que, independientemente del destino que tenga este Proyecto de Ley, apelaremos a la unidad de todas las fuerzas democráticas, por encima de las divergencias e intereses partidistas, para que en Chile impere la voluntad de las mayorías por sobre el arbitrio de los poderes fácticos y del gran capital foráneo”.
Vistos los dos casos de América Latina: Honduras y Chile (yo agregaría la necesidad de considerar también a Paraguay en otra ocasión). En sus vivencias con la “cuarta urna”, y a manera de conclusión, se pude advertir que los casos son bastantes diversos: tenemos en el primer caso de Honduras en donde se organiza y se da un “golpe blanco” más o menos parecido a lo acontecido en Paraguay. Se desarrollan gestiones políticas administrativas para relevar al Presidente en turno con una más que notable ausencia del pueblo que solo ha mirado impertérrito como se les cambia la jefatura del estado. De ahí resulta la inevitable necesidad de contar con base social para un proyecto político/social, o sea de trabajadores de la ciudad, campesinos y trabajadores artesanales que son los que hacen andar al sistema en última instancia.
En el caso de Chile se tiene un pueblo en las calles concientizado nuevamente por la acción de los estudiantes que ha estremecido las instituciones del Estado pero, sin proyecto político viable y coherente (no obstante que ello es discutible) dada la situación política. Por lo tanto la derecha y el imperialismo tienen poco que temer en el presente, pero si preocupante para un futuro difícil de predecir. Todavía la derecha y sus acólitos en el poder tienen capacidad de acción y la manejan a su gusto. No obstante ellos han tomado nota y accionan para defender sus intereses. Para la izquierda las cosas comienzan a cambiar y va saliendo del marasmo político e ideológico en que se encuentra. La política ha sido puesta nuevamente en el tapete por los estudiantes movilizados en las calles.
MC.- ¿Cómo evitar que los oportunistas de la Concertación hagan su propia versión descafeinada de la Asamblea Constituyente?
EN.-Tema complicado por lo vivido con la Concertación, pero se puede sugerir que para evitar el advenimiento -o para “la cargada” como se dice en México- de los oportunistas -que por lo demás no es momento de excluir- y que es condición humana desgraciadamente, se pueden formular iniciativas como las siguientes:
1.- Fortalecer el Comité de Iniciativa en los niveles teóricos/políticos para dar una adecuada conducción a los movimientos que se desarrollen.
2.- Por sobre todo: lograr en la próxima Cumbre de los Movimientos Sociales definir la relación Partidos/Movimientos sociales.
3.- Iniciar ya la construcción o acercamiento entre Comité de Iniciativa y Movimiento estudiantil como el universo sindical y buscar el apoyo externo, todo ello en igualdad de condiciones.
Por supuesto que no se pretende aquí agotar iniciativas pero esto me parece lo primordial para el momento. En el camino surgirán otras propuestas que enriquecerán las medidas.
MC.- ¿El editorial del Mercurio, del 21 de agosto, terminó por darte la razón al subirse en el caballo de la Asamblea Constituyente?
EN.- Efectivamente el diario El Mercurio ha dado la razón en este tema a las propuestas surgidas desde la Comunal México del PSCH en íntima relación con los movimientos sociales, de base, sindicales y estudiantiles, y en particular con el Comité de Iniciativa. Ello no es raro, El Mercurio ha encabezado astutamente siempre la lucha ideológica dándole línea a la derecha chilena. Ha visto que la iniciativa ha prendido en los chilenos y chilenas y trata de adelantarse “robando banderas”, o sea apropiándose de la iniciativa para luego deformarla. Que todo cambie para que todo quede igual. Lo que no es tan raro ni llama a sorprenderse es que antiguos dirigentes de lo que fue la izquierda chilena consecuente, como representante de las mayorías, se cuadren con tales posturas ya que lo único que logran es no dejar duda alguna de que su trabajo es de zapa o que están derechamente con la reacción a cambio de un plato de lentejas, que para algunos es más que un plato, pero igual de lentejas.
MC.- En tu reciente artículo para el Clarín de Chile, reivindicas “al Comité de Iniciativa por la Asamblea Constituyente, coordinado actualmente por Gustavo Ruz”, pero no sabíamos que Matías Sagredo, cofundador de la Red de Estudiantes y Ciudadanos de Chile por la Asamblea Constituyente, haría la propuesta de la candidatura presidencial para Gustavo Ruz, ¿qué piensas al respecto?
EN.- El tema de la Asamblea Constituyente es un espacio abierto a una discusión amplia y por supuesto dispuesta a un enriquecimiento de manera inequitativa entre los cuales hay que considerar la posibilidad de una candidatura presidencial. Contexto en que el nombre de Gustavo Ruz Zañartu fue señalado porque concita amplio apoyo, reconocimiento y mucho respeto, pero sin constituir una opción cerrada, cuestión que el propio Ruz lo exige pues la transparencia constituye una exigencia de la situación.
Pienso que lo de la candidatura no es prioridad en este momento. Ahora, sin lugar a dudas que si de mí dependiera exclusivamente, que no es el caso, haría un llamado para adherir a Gustavo Ruz. Antiguo socialista, ex Secretario General de la Juventud Socialista, colaborador estrecho del Presidente Salvador Allende, miembro de la primera Dirección del Partido Socialista en la clandestinidad durante la dictadura, prófugo de los esbirros de la dictadura, luego exiliado, y de los primeros en plantear la necesidad de cambiar la Constitución, así como de otras variadas y no menos significativas iniciativas a favor del pueblo y de la democracia. Pero, también hay otros compañeros que tienen meritos y consecuencia así como compromiso más que probado, como es el de algunos compañeros que han desempeñado cargos en la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), y no me estoy refiriendo -¡líbreme Dios!- al mandarín Martínez que ha sido una vergüenza nacional en su papel de “mocito”. De manera que sobre el tema será el pueblo organizado el que tomará la decisión cuando ello corresponda.
MC.- Sé que Gustavo Ruz viajó a México el pasado 25 de junio, y que tiene grandes amigos del exilio: Margarita Labarca, Rogelio de la Fuente y tú, por citar algunos nombres; ¿cómo podrían impulsar la candidatura independiente de Gustavo Ruz desde México?
EN.-Mira, la lucha ideológica es posible realizarla desde cualquier parte, ello no depende ni está condicionado por el lugar geográfico como es el pensar, reflexionar y proponer. Los que debieron asumir el desafío que planteó el neoliberalismo claudicaron y se retiraron a sus cuarteles de invierno o se sumaron a tal iniciativa mundial con algún jugoso puesto de trabajo. Frente a la esterilidad de ideas declararon “nos equivocamos” y claudicaron. Es cierto que todo ello tenía que ver con la crisis de los paradigmas, como el liberal, el social cristiano y propiamente el marxismo. Pero el liberalismo supo esperar, reflexionar y finalmente proponer mostrándose como la mejor (posteriormente como la única) posibilidad, pues observando, analizando, pensando, reflexionando y elaborando ideas, resurgieron nuevamente con las propuestas que ya conocemos y que tienen al planeta sumido en la más grande crisis de que se tenga memoria. Y que, como curiosidad hasta han pretendido privatizar las formulaciones de Keynes, si no que lo desmientan los que rescatan bancos y empresas financieras quebradas desde el estado con recursos públicos. Por lo tanto, pensamos desde la Comunal, que es muy factible y necesario seguir en esa lucha ideológica pues las ideas se hacen carne y luego se transforman en fuerza, fuerza política en éste caso que es lo importante. Sobre ello no es ocioso recordar que Lenin dio esa lucha desde el exilio en Suiza y que entró a Rusia zarista una vez ya desatada la insurrección. Claro los tiempos y los lugares son otros, más ventajosos diría yo, pues la comunicación hoy es instantánea y que quede claro aunque que sea evidente, la Comunal no es Lenin. Sumado a todo eso tenemos además la experiencia política (verdadera escuela de política) de México que realiza su aporte de sabiduría. Y, no obstante nuestra lejanía física mantenemos relaciones con organizaciones de base, sindicatos y estudiantes de Chile que no es poco lo que aprovechan de nuestras reflexiones. Por lo tanto no nos vemos para nada inhibidos en realizar propuestas de candidatos si el caso lo amerita en virtud de que tenemos pleno derecho a ello. Se puede agregar que los institutos de investigación en el mundo, en las universidades, tienen estas organizaciones fuera del “mundanal ruido”, o sea fuera de los alcances de presiones o efectos de decisiones, para con ello permitir análisis de alguna manera libres de condicionamientos. En la misma situación se encuentran los compañeros que no residen permanentemente en Chile: ellos pueden pensar, elaborar, expresar opiniones y proponer por no estar condicionados por la política contingente, por la “chimuchina” en el peor de los casos pues.
MC.- ¿Cómo es la participación y dinámica del Comunal México dentro del Partido Socialista?, ¿están deslindados del PS y la Concertación?, ¿qué discutirán si el PS designa otra vez a Bachelet?
EN.- La Comunal México forma parte orgánicamente del Partido Socialista de Chile, funcionamos por lo tanto activamente en él con plenos derechos que se expresan en fluidas comunicaciones así como además en que recibimos visitas de dirigentes, enviamos delegados a los Congresos y vivimos toda expresión funcional y formal del Partido Socialista.
Ahora si llegara el caso de que la candidata a la presidencia de la república fuera Bachelet, militante del PSCH, tendríamos la libertad que garantiza el Partido para discutirlo y considerarlo con los compañeros, y los que así lo estimen, adherir a esa campaña. Lo harían apoyando tal propuesta en virtud de una obligación que pudieran asumir como lo sería la de sumarse a tal candidatura, pero informados y advertidos de que ese no es él camino. En todo caso vemos difícil que tal proyecto fructifique pues por una parte Bachelet se encuentra frente a la posibilidad cierta de ser Secretaria General de las Naciones Unidas (en tal caso la primera mujer, que no es poco) o ser Presidenta de Chile por segunda vez, que tampoco es poco. Por la otra parte vemos que en Chile no tiene las condiciones adecuadas para una segunda presidencia exitosa, pues el conglomerado Concertación agoniza y el desorden es mayúsculo. En esas condiciones solo tendría la fuerza que otorga el miedo de algunos a perder privilegios que animan a los dirigentes de lo que queda de la Concertación y de los partidos y que son los que promueven la candidatura de Bachelet. En términos de proyecto de gobierno estaría atada a lo mismo, o sea a acatar los designios del Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo, sumado a ello los acuerdos con la derecha chilena que no dejaría margen de acción para “humoradas” como las de Zelaya en Honduras, y ello aunque lejanamente lo pudiera desear. Ejemplo de ello es que su más activo impulsor, el Senador Escalona, se opone con fuerza no tan sorprendente a cualquier acción que motive las más leves molestias a la derecha chilena, es más, El Mercurio lo ha nombrado “como un gran republicano” y él no tiene inhibiciones en acercarse con fuerza inusitada a contemporizar con el empresariado y los políticos de la derecha, tanto que esas actividades podrían sugerir que el candidato fuera él en una de esas. Cabe recordar al poeta Nicanor Parra que ha dicho: “la izquierda y la derecha unida, jamás serán vencidas”.
También se ha mencionado con vehemencia desde la reacción (Edmundo Pérez Yoma, El Mostrador: 8/8/2012) que “Bachelet está en la brega y que no tiene nada de izquierdista”, o sea los patrones la están palomeando como buena. Y sin duda también sabemos que dentro de lo que queda de la Concertación, no están contemplados los asuntos cruciales anhelados por millones de chilenos: como la verdadera democratización del país, menos aún la recuperación de las riquezas básicas, el cobre, el litio y el agua. Como lo hemos visto hoy no está en sus planes hacer una verdadera reforma tributaria o desarrollar las bases de un modelo educativo como es exigido, y que responda a la integridad de Chile y menos a terminar con el negocio abyecto de salud restituyendo la salud pública. Las preocupaciones de ese conglomerado son bastante menores, mezquinas y alejadas de la realidad. Durante dos decenios hemos sido testigos del manejo torvo de los asuntos públicos, de las miradas de corto plazo, de la corrupción, de actividades obscuras que venden el país al mejor postor. Hemos contemplado impávidos a los mercachifles comprándonos.
Pero también vemos esperanza cierta y muy concreta, como es el contemplar con mucho orgullo y enorme entusiasmo que nada está perdido cuando se acepta que todo está perdido, y ello se manifiesta en que vemos al Chile nuevo manifestándose en las calles, con sus nuevos dirigentes a la cabeza (una generación de recambio si duda) con la irrupción de toda una generación acompañados por sus familias que exige y propone, haciendo temblar la vieja institucionalidad heredada de la dictadura. Estamos frente a millones de chilenos que se niegan a seguir aceptando un modelo económico que les ha hipotecado su futuro. Y ello nos recuerda que cuando el pueblo sale a la calle con convencimiento, fuerza y prestancia consigue lo que exige, porque ya hoy ese pueblo está en situación de exigir que se le cumpla con sus anhelos. Los enemigos del pueblo chileno deben tomar nota al ver las calles plenas de sus hijos reclamando justicia y restitución de sus derechos conculcados.
También veo que es necesario ampliar el tratamiento del tema para tener una mayor claridad sobre el tópico tratado, para ello habría que agregar que es preciso asumir, reconocer y hacerse cargo que el PS ha sido un partido de corrientes políticas (sensibilidades o lotes gusta de decir hoy aunque las de hoy son redes de intereses) ideológicas desde su nacimiento, pero que también ha tenido en otras épocas, la capacidad de ser fuerte precisamente desde su diversidad que ha sido su característica esencial así como lejos de dogmatismos, lo cual le ha dado un pensamiento independiente sin catedrales ideológicas, profundamente latinoamericano y soberano. Nosotros en la Comunal México del PSCH, cargada de historia, e impregnada de su herencia, por los personajes que han militado en ella, como: Pedro Vuskovic, Clodomiro Almeyda, Belarmino Elgueta, Alejandro Chelén, Rogelio de la Fuente, Hugo Zemelman, Lisandro Cruz, Adonis Sepúlveda, y otros no menos importantes, ¡ah! y también Luis Maira, José Miguel Insulza, más muchos compañeros que residen en Chile que se encuentran fuera y dentro del Partido, pensamos que el Partido Socialista ha sido desvirtuado de su raíz, de su historia y de sus propósitos de futuro para los cuales fue fundado. Por ello hoy no goza de buena salud y es repudiado por las bases que tuvo y tiene pero que no participan (puesto que se les impide mediante la construcción de una maquinaria organizacional muy consolidada) que no permite participación para no dar lugar a la disensión, a la crítica ni a la discusión. Y si lo permiten es en pequeña escala (que no daña lo esencial) para dar la imagen de democracia interna.
Por lo tanto es urgente cambiar la actual situación crítica del PS, propiciando que actúe consecuentemente con su historia y los intereses de los trabajadores, que su accionar sea la de un partido de clase que es como fue fundado lo cual tiene sus fundamentos en que los diagnósticos y propuestas de resolución de los problemas del pueblo y de realidad chilena y latinoamericana han sido correspondientemente acertados así como interpretación y salidas de solución para la realidad de la región. Así mismo los esfuerzos son para que vuelva a ser un Partido que influya y que no sea se sume a ser un simple administrador o cómplice (como ha ocurrido) de los sectores dominantes ni que impida la participación de las bases para que ellas puedan ser actores de la historia y no sus víctimas, participar no en conciliábulos con el enemigo (que es distinto a dialogar soberanamente). Un partido que sea capaz de decirles no a los que hay que decirles exactamente no, que no se continúe teniendo una organización sometida al poder. Pero no obstante (dado que los tiempos indican que se continuará conviviendo con el capitalismo) que también sea capaz de dialogar políticamente con el poder político presente pues si no lo hace caería en la marginalidad. Diálogos que se deben realizar a la luz del pueblo y no en lo obscurito como ha sido hasta hoy. Las corrientes que siempre tuvo el PS fueron corrientes con propuestas transformadoras de la realidad y no como hoy que son de tinte conservador, timoratas, negociadoras de privilegios obscuros y cuando no aliadas con el enemigo, como hoy con la actual reforma tributaria recientemente aprobada en complicidad con la derecha. Ello queda muy claro en su actuar en los veinte años de Concertación y, no obstante las derrotas cosechadas, siguen con el discurso del miedo, expresados en vocabularios (impuestos por los dominadores y no obstante con el pueblo en las calles) como asegura el Senador Escalona que “se tiene que conformar un frente que haga esfuerzos por fortalecer la educación pública”. Ello cuando los estudiantes les gritan, hasta para que los sordos escuchen, “fin al lucro, educación pública, gratuita y de calidad”.
Luego, afirmamos que hay que también privilegiar las negociaciones políticas con otras fuerzas y con el poder, para beneficio del pueblo, definir los espacios en los ámbitos de discusión partidarios especialmente, de la Dirección del Partido y desarrollar mecanismos que preserven el cumplimiento de las normas que emanen de los Congresos.
MC.- ¿La comunidad de chilenos en México recibió la noticia de la inscripción del nuevo Partido Igualdad?, ¿qué opciones tiene la ciudadanía chilena para las próximas elecciones?
EN.- En efecto estamos enterados medianamente sobre el Partido Igualdad. Acerca de ello podría decir que el Partido Igualdad surge de una división de una organización política conocida como “la Zurda”. Ello se produce a raíz de la separación de elementos estudiantiles así como también de compañeros ligados a organizaciones de pobladores y de deudores habitacionales. Quedando por lo tanto otro sectores intelectualizados o al menos ilustrados que permanecen nucleados en torno a la Federación de Estudiantes de Chile (FECH) y a otras universidades públicas. El primer grupo se dedica a organizar poder territorial (la desaparición de la clase obrera ya no puede ser convocada en la fábrica, y por lo tanto “el lugar” geográfico es la única posibilidad de tal convocatoria) lo que les lleva a disputar alcaldías y concejalías en las zonas correspondientes. Situación que los obliga necesariamente a crear una organización política/electoral, y con ello tal vez, y solo tal vez, a repetir antiguas formas de organizaciones que correspondían a otros tiempos y por lo tanto antiguos estilos ya no válidos. Vale de decir, estarían adaptándose a las nuevas condiciones políticas, dejando como una gran interrogante si lo lograrán. De tal manera que el Partido Igualdad asume una estrategia político institucional y como tal un estilo estrictamente político/institucional, que de pronto ha mostrado fuerza política en demostraciones callejeras. Ahora, la estimación de la fuerza material o cuantitativa de su acervo político que tenga, es una incertidumbre, por lo tanto no es posible todavía suponerla en su alcance. Y, ello en un medio en que de los cientos de organizaciones políticas de base no han logrado, hasta ahora, pasar más allá de “círculo de iniciados”, salvo honrosas excepciones. Pienso que las mayores expectativas se cifran en los nuevos votantes recién inscritos así como la permanencia o desarrollo de la madurez política alcanzada por la sociedad chilena conseguida por las movilizaciones estudiantiles que alcanzaron a impactar más que fuertemente en las conciencias de los chilenos y chilenas. No obstante los políticos tradicionales o antiguos maniobran en defensa de sus pequeños (para algunos muy grandes) intereses y tratan de poner la situación como la antigua ranchera de Chucho Monje “Cartas Marcadas”.
MC.- Eres catedrático universitario, ¿qué tipo de preguntas te hacen con frecuencias los estudiantes mexicanos sobre la historia de Chile?
EN.-Bien, antes que nada debo destacar la agudeza de mis estudiantes de la UAM-A que en su mayoría asisten a mis clases de economía, y por supuesto se debe considerar en ellas -en las clases- la visión neoliberal de la economía no obstante su claro fracaso, y también de discutible validez científica pero que ha sido asumida acríticamente como resultado de elaboraciones supuestamente muy científicas. Bueno, como tal los alumnos no “comulgan con ruedas de carreta” y de ello resulta que no nos extrañemos de las actitudes que los muchachos muestran en la vida cotidiana o en el día a día. Por lo tanto las preguntas tratan de la realidad concreta: ellos todavía no asumen las privatizaciones de los servicios considerados por ellos como algo “natural”. No terminan de admitir que la educación sea dirigida para nutrir a las empresas esencialmente. También y por supuesto la pregunta más frecuente es sobre el crecimiento económico como por ejemplo: ¿habrá crecimiento económico hasta el infinito?, ¿qué pasará con los recursos naturales no renovables?, ¿qué pasará con los recursos humanos?, ¿estos qué futuro tienen?, ¿acaso los seres humanos nacieron para solamente para engordar severamente y pasar la vida flotando en botecitos de plástico en una alberca y pasear por los centros comerciales?.¡Ah!, y también y como es natural me preguntan por Camila. Yo no sé a qué se deba.
MC.- ¿Qué destacarías de la visita de Camila Vallejo a la Universidad Autónoma Metropolitana en el contexto del Movimiento Yo Soy 132?
EN.- Destacaría antes que nada el alto interés que ha mostrado México para con el movimiento estudiantil chileno lo cual no es raro pues México, a través de su historia, ha sabido estar en la vanguardia de los movimientos intelectuales, políticos y culturales, y de ahí saca sus conclusiones que estima convenientes. Todo eso expresado en la invitación cursada por la UAM-X. Y, como era de esperar nos visitó haciendo uso de la palabra en un acto organizado por la Comunal México y la Asociación Salvador Allende en un salón de actos de la Escuela Nacional de Música de la UNAM. Ahí lo que yo señalaría como un gran aporte y muestra de madurez es que ella expresó que el movimiento estudiantil no era más que la continuación del proceso libertario interrumpido relativamente por la dictadura. Movimiento que puso en la mesa nuevamente a la política, que sería el gran aporte advertido por ahora, dejando a un lado la simple administración que es lo que ha primado en los últimos años. Ello evidenciado con la salida a la calle de marchas multitudinarias las que han permeado a la sociedad chilena toda y además con evidentes y fuertes repercusiones mundiales. Lo segundo que señalaría como importante es lo que Camila “dibujó” (llamando a abandonar ese esquema), lo que llamó “la geometría de la política”: significando que aquello de que “yo no hablo con ese tipo porque es muy cuadrado, tampoco hablo con ese otro porque es muy redondo, menos hablo con éste porque es vertical”. O sea abandonar el sectarismo y darnos el trabajo de buscar la unidad dialogando en conjunto.
MC.- Finalmente, publicaste en Clarín: “Los tangos del señor Embajador Ampuero” (9/08/2012). ¿Cuál es tu expectativa sobre la colaboración diplomática de Chile en la próxima Feria del Libro de Guadalajara?
EN.-La verdad es que tenemos pocas o ninguna expectativa debido a que el señor embajador Ampuero es un embajador de un gobierno de derecha. Gobierno que no tiene mayor interés en el desarrollo de la cultura, salvo que ello signifique realizar negocios. Es la mentalidad del “bolichero”: la ganancia fácil y en el corto plazo y luego que venga lo que venga. El propio señor embajador Ampuero lo expresó en reunión con la Asociación Salvador Allende: “yo estoy aquí para hacer negocios y punto”. Y, haciendo propicia la ocasión en virtud de que el señor Embajador ha publicado un libro sobre Allende, le recomendaría al Señor Embajador que se compenetre, que se empape de la cultura del tango, que es más que una danza, es más que unas letras de canciones, es más que Piazzolla. Luego con ello será más culto y respetará al tango y a Allende, hasta a lo mejor decide escribir sobre el tango y deja tranquila la inmensa figura de Allende. Con su talento mejor usado tendríamos otros buenos tangos. De que el Gobierno de Chile realice gastos para invitados a la Feria del Libro de Guadalajara no estoy informado. Pero sospecho que si lo hace será en forma muy disminuida salvo que ello signifique hacer negocios. Y hasta donde sé la Asociación Salvador Allende de México no está invitada.
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