A contar de ayer, los trabajadores del sindicato de la empresa Asser Ltda, subcontratista de la compañía de telecomunicaciones Claro Chile, iniciaron una huelga indefinida en demanda de mejoras laborales y de un mejor trato por parte de sus empleadores.
Durante la mañana, trabajadores de este sindicato ocuparon las oficinas centrales de la compañía ubicadas en Alameda con San Martín y le explicaron a los clientes que a esa hora llegaron al local cómo Claro los obliga a discriminar entre los usuarios, no permitiéndoles a los vendedores ofrecer todos los servicios disponibles, ya que según su criterio, existen planes destinados para cada segmento económico de la sociedad, hecho que repercute directamente en las comisiones que cada trabajador recibe.
Posteriormente, la directiva del sindicato concurrió hasta la sede de la Central Unitaria de Trabajadores, en donde leyeron un comunicado a la prensa y explicaron cómo ha sido el proceso de negociación con la empresa.
Carlos Angulo, presidente del sindicato, señaló que la empresa mandante, Claro Chile, ha vulnerado de manera sistemática el derecho a la sindicalización y organización de sus trabajadores, amparándose en “empresas de papel”, como lo sería Asser. Agregó que, al momento de constituirse como sindicatos, entregaron un pliego de peticiones a la empresa para poder negociar, a lo que la contraparte les responde con un documento que, lejos de hacerse cargo de esas peticiones, les ofrecía un proyecto con menos garantías de las que ya tenían “sin ofrecer ningún cambio real a nuestra situación laboral”, apuntó.
Angulo precisó que, pese a que en el sindicato hoy existen sólo unos 80 trabajadores afiliados, los beneficios que se pueden obtener de la negociación colectiva y de esta huelga serían para más de cinco veces esa cantidad de empleados, todos ellos vendedores y captadores de clientes para la empresa.
“Nuestros contratos indican que nosotros podemos trabajar libremente por toda la región Metropólitana, pero la empresa nos obliga a trabajar sólo en ciertos cuadrantes de Santiago, los cuales ya han sido trabajados por otras personas, lo que significa que nosotros no podamos vender absolutamente nada. Eso es una pérdida de tiempo, una merma importante en nuestras remuneraciones y también les significa una pérdida de ganancias a la empresa, pero no quieren entender”, señala Angulo. Cristian Hernández, secretario del sindicato, agrega que “a nuestro entender, todos los clientes son iguales y merecen el mismo trato y los mismos planes que ofrece la compañía, pero en la práctica lo que sucede es que la empresa nos obliga a ofrecer planes a algunas personas y otro tipo de planes a otras, y si es que el cliente exige un plan en específico que no le corresponde de acuerdo a la segmentación socioeconómica que hace la empresa, ésta nos cancela de manera diferenciada: no nos pagan lo mismo por un cliente ABC1, que por uno D o E y eso creemos nosotros que es una discriminación tremenda, hacia el cliente y por supuesto hacia nosotros”.
De acuerdo al documento entregado por los trabajadores, han existido presiones por parte de la empresa, como por ejemplo un bloqueo de los RUT de los vendedores que duró 45 días, “lo cual provocó tal baja en las ventas, que entre 200 trabajadores apenas lograron hacer 20 ventas en 10 días. En cambio, cuando destrabaron ese nudo, las ventas inmediatamente se cuadruplicaron. Entonces, nosotros hemos demostrado que si se nos entrega una libertad de trabajo o al menos si se respeta lo que por contrato está estipulado, nosotros podemos hacer un buen trabajo y de ello podemos beneficiarnos todos, la empresa y por cierto sus trabajadores”, sentenció Hernández.