Ni neoliberalismo, ni siquiera capitalismo. La meta que persiguen ahora los ‘bilderberg’ es un fascismo acorde con los recursos finitos de la Tierra.
Ellos saben que los límites de la naturaleza son infranqueables.
La cúpula de facto gobernante persigue una estrategia nunca antes considerada, el control directo, nazi, de todas las materias primas.
Para ello conspiran por ‘un nuevo orden mundial de gobierno, ejército, economía e ideología única’, ‘guste o no guste’, ‘por concesión o por imposición’.
El capitalismo en cualesquiera de sus formas necesita el crecimiento económico ininterrumpido y el uso de recursos naturales a voluntad de cada empresario.
Esas dos condiciones serán materialmente imposibles de cumplir en algún momento y para siempre. El Club de Roma, una ONG del sistema preocupada del futuro, encargó un estudio al norteamericano Instituto Tecnológico de Massachusetts. El informe fue publicado en 1972 con el nombre de Los límites al crecimiento y concluyó que “si el actual incremento de la población mundial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y la explotación de los recursos naturales se mantiene sin variación, alcanzará los límites absolutos de crecimiento en la Tierra durante los próximos cien años”.
Su propuesta fue un crecimiento cero. Eso ya no es capitalismo.
La realidad objetiva es que habrá una disminución de la producción de bienes y un futuro enteramente nuevo.
Los especialistas destacados, think tanks, que asesoran a la élite de millonarios mundiales saben que disminuirá la cantidad de energía disponible, la población crece, no hay tierras de cultivo nuevas por explotar sino las selvas, el clima cambia, escasea el agua, hay minerales agotándose… que el mundo es finito. No pueden por tanto sino aconsejarles un cambio de civilización, la conformación de un poscapitalismo.
La estrategia a favor de los millonarios es la apropiación del planeta para realizar una economía decrecida pero sostenible.
Las herramientas para lograrlo son las armas y en consecuencia hacen gigantescas inversiones en fuerza militar.
Siempre ha habido guerras de conquista, pero las últimas han sido en esta situación inédita. Irak, Afganistán, Libia, Siria son etapas previamente planificadas que deben terminar en China y Rusia. Es la llamada supremacía de Estados Unidos, la guerra o el sometimiento.
F. William Engdahl afirma: “Las apuestas en este juego de ajedrez geopolítico son nada menos que la supervivencia primero de Siria como una nación soberana, a pesar de sus fallas y defectos. Más, en última instancia, implica la supervivencia de Irán, Rusia y China como naciones soberanas, junto con los otros países BRIC Brasil, India y Sudáfrica. A largo plazo, se trata de la cuestión de la supervivencia de la civilización tal como la conocemos y la evitación de una guerra mundial que podría diezmar la población mundial no por decenas de millones, como hace setenta años, pero probablemente esta vez por miles de millones”. [Red Voltaire]
La única alternativa opuesta sostenible es el ecosocialismo, solidario con todos los seres humanos, medio ambientes y vidas. Aún no se manifiesta.
Muchos socialistas siguen denunciando al neoliberalismo y capitalismo sin ver que la dirección fundamental ya es otra.
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Rómulo Pardo Silva
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