¿Quién hace educación política socialista? Luchadores de izquierda impulsan demandas parciales justas sin explicar el lugar de cada una en el panorama completo de la realidad, el futuro y el proyecto.
Se dice con razón: las potencias deben financiar medidas de mitigación del calentamiento global en los países en desarrollo… hay que dar trabajo… la educación debe ser un derecho gratuito… hay que subir los sueldos… el agua es un recurso de todos no de privados… hay que nacionalizar la minería… no a la carrera armamentista… El error es no mostrar las relaciones que hay en esos problemas y su necesidad ineludible de solución socialista.
Así muchos grupos se movilizan sin encontrarse para impulsar una propuesta sistémica.
Exigiendo particularidades y argumentando soluciones en sus funcionamientos algunos izquierdistas tal vez sin darse cuenta se atan en los límites que manejan los capitalistas. Con lenguaje revolucionario son socialdemócratas.
Es tal el hábito de mirar puntos que muchos no sienten la necesidad de un programa socialista. Incluso lo evitan temiendo que los distancie de la masa que piensa usando el marco conceptual económico, social y político en que vive, el capitalismo. Evitan un discurso de cambio radical creyendo que pueden ganar seguidores para ser gobierno y desde ahí hacer el cambio radical, aunque una y otra vez no ganan nada.
El sistema tiene minería, constitución política, educación, salud, empleo, incluso puede, o podía, mejorarlos con o sin presión popular. Lo que no puede dar es la solución definitiva solidaria, sostenible, segura. La que tampoco habrá si no se coloca cada lucha en un tejido entramado que comprende toda la vida social de hoy y mañana.
Si llaman a nacionalizar la banca, el petróleo, la previsión hay que preguntarles para qué forma de producción y consumo, en cuál relación social.
Las movilizaciones justas aisladas de un ideal de sociedad para la vida son ladrillos sin muro.
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Rómulo Pardo Silva