El proyecto requería un quórum de aprobación de 71 diputados, sin embargo obtuvo 67 votos a favor, 36 en contra y 4 abstenciones. De esta forma, y por no alcanzar el quórum requerido para modificar la Constitución, la Cámara rechazó el proyecto que buscaba dar mayor proporcionalidad y representatividad al sistema electoral.
La iniciativa modificaba el artículo 18 de la Carta Fundamental, precisando que “en las elecciones de diputados y senadores se empleará un procedimiento que de por resultado una efectiva proporcionalidad en la representación popular, así como una adecuada representación de las regiones del país.”.
Asimismo, se reemplazaba el artículo 47, que establece que la Cámara está integrada por 120 diputados, por el siguiente: “La Cámara de Diputados está integrada por miembros elegidos en votación directa por distritos electorales. La ley orgánica constitucional respectiva determinará el número de diputados, los distritos electorales y la forma de su elección. La Cámara de Diputados se renovará en su totalidad cada cuatro años.”.
El proyecto reconoce que si bien con la reforma introducida por la ley N° 20.050, de septiembre del 2005, se logró un avance importante en materia de representación al eliminarse los senadores designados y vitalicios, quedó pendiente un tema que desde el inicio de la restauración democrática ha estado en la agenda, pero que debido a la falta de acuerdos no ha podido ser modificado: la reforma al sistema electoral vigente para la elección de los integrantes del Congreso Nacional.
El sistema electoral que hoy nos rige se encuentra establecido en la ley N° 18.700, sobre Votaciones Populares y Escrutinios y recibe la denominación de binominal. En el caso de elecciones de parlamentarios, se encuentra diseñado sobre la base de una fórmula que declara elegidos senadores o diputados a los dos candidatos de una misma lista, cuando ésta alcance el mayor número de sufragios y tenga un total de votos que exceda el doble de los que alcance la lista o nómina que le sigue en número de sufragios.
Los diputados sostienen que este sistema ha sido ampliamente criticado por dos razones fundamentales. La primera de ellas -señalan- es que produce una representación desigual y excluyente en el Congreso. Esto porque siempre quedan representadas las dos fuerzas mayoritarias, siendo excluidas de la representación las restantes, resultando siempre favorecida la segunda opción ya que con sólo un poco más de 1/3 de los votos puede tener la misma representación que otra cercana a los 2/3.
La segunda razón, es que produce una seria distorsión en la proporcionalidad entre las diferentes opciones presentes en la sociedad y la representación en el Parlamento que debería expresarlas políticamente