Con casi cuatro horas de retraso sobre el horario anunciado, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, comparecieron ante la prensa para anunciar que en la primera jornada de la cumbre de la UE los líderes europeos acordaron un pacto sobre empleo y crecimiento, que incluye la movilización de 120.000 millones de euros para medidas destinadas a fomentar el crecimiento económico.
“Hemos llegado a un acuerdo sobre una agenda de crecimiento y creación de empleos, y el elemento clave es que impulsaremos la financiación de la economía movilizando 120.000 millones de euros para medidas inmediatas de crecimiento”, señaló Van Rompuy.
Sin embargo, fuentes de la UE señalaron a Reuters que España e Italia no quisieron firmar el acuerdo porque quieren que Alemania apruebe medidas de corto plazo para facilitar sus costes de financiación primero.
“Dos países quieren establecer un vínculo entre medidas a largo plazo y a corto plazo. Empezaremos esta noche la (discusión) sobre medidas a corto plazo”, reconoció Van Rompuy. “No hay bloqueo, seguimos trabajando y seguimos adelante”, dijo, añadiendo que las medidas a corto plazo se abordarían entre los 17 miembros de la eurozona.
Antes que hablar de crecimiento, España, Italia y otros países quieren que la eurozona tome antes medidas para ayudar a bajar sus altos costes de financiación, incluyendo pasos para comprar sus bonos soberanos y así bajar los rendimientos de su deuda. “Estamos a favor del pacto de crecimiento y hay un acuerdo sobre el contenido, pero antes de firmarlo queremos un amplio acuerdo que incluya medidas a corto plazo”, dijo un miembro del Gobierno español.
“Para que la respuesta del Consejo sea realmente creíble, sea la que se está esperando, tiene que ser completa y no se puede quedar coja. Para que alguien se crea realmente que puede haber crecimiento, hay que arreglar un problema que hay ahora mismo tremendo, que es el de la sostenibilidad de la deuda”, insistió ese cargo español.
En esa misma línea, fuentes italianas aseguraron que el paquete se adoptará finalmente -pues hay un acuerdo sobre el fondo-, pero insistieron en que ese pacto debe incluir acciones para afrontar “el problema de la inestabilidad a corto plazo”: o sea la deuda.
“Nada se va a acordar hasta que todo se acuerde”, insistieron las fuentes italianas y españolas. Van Rompuy respondió a las pretensiones de España e Italia: “Las medidas a corto plazo, que son medidas vinculadas a la situación en los mercados, las discutiremos a diecisiete, en otro marco”.Van Rompuy recordó que los líderes continuarán durante las próximas horas -hoy y mañana- con sus discusiones, centradas a partir de ahora en esas medidas urgentes que reclaman España e Italia y en la reforma a largo plazo de la eurozona.
Incluso una fuente comunitaria, mientras, rebajaba la importancia del movimiento y aseguraba que se trata de una “exageración”. “Sería un movimiento un poco maquiavélico y no creo que sean tan maquiavélicos”, señaló. “No resultaría muy creíble tratar de tomar como rehén un texto que ni siquiera es vinculante reclamando miles de millones en intervención en los mercados secundarios”.
Los líderes de la zona euro tienen previsto mantener mañana un almuerzo de trabajo para gestionar los asuntos relacionados específicamente con la moneda única.
Y es que aquí el orden de los factores sí altera el resultado: Alemania quiere hablar antes de ese plan de crecimiento, una medida a largo plazo, que de la deuda de otros países. Pero España e Italia están asfixiadas y necesitan medidas urgentes y efectivas ya. Y un plan de crecimiento, algo que por otra parte, ya se sabía desde la semana pasada, cuando se aprobó en Roma en le cumbre a cuatro que celebraron Alemania,Italia, Francia y España, no resuelve la situación a corto plazo.