En medio de la revolución mexicana, Pedro y Ana se esmeran en obstruir el amor sincero de Carlos y Leonor. Estas dos parejas protagonizan la versión de La Calderona para la comedia de enredos e intrigas escrita en verso por Sor Juana Inés de la Cruz en 1863, que inicia su temporada en el GAM el 6 de julio.
La compañía estrena esta pieza en el marco del proyecto “Teatro La Calderona por Chile: En las huellas de los fundadores del teatro universitario”, beneficiado con un Fondart Bicentenario 2011-2013. El año pasado estrenaron “Ranerías y otras Breves Maravillas”, y el próximo noviembre entregarán “La Traición en la Amistad”, de María de Zayas.
En “Los Empeños de una Casa”, dirigida por Macarena Baeza a partir de una versión de ella misma con Ramón Gutiérrez, son los personajes femeninos los que traman, urden y traicionan. La obra se instala en una fiesta teatral barroca que reúne referentes que van desde el folclore y lo popular, situándose como el único espacio donde mujeres e indios podían ser los protagonistas en el mundo colonial.
Dado que el texto está escrito en verso y para mantener la belleza y musicalidad del teatro colonial, la compañía propone una puesta en escena ágil y lúdica, recogiendo el espíritu festivo y carnavalesco de la comedia, con guiños contemporáneos y un vertiginoso juego escénico.
El montaje cuenta con músicos en vivo de larga trayectoria: el tenor Gonzalo Cuadra, David González en la guitarra, Paulina Martínez en acordeón, y Javiera Guillén en percusiones. Ellos recrean la sonoridad mexicana del siglo XIX con corridos, rancheras, y tonadas revolucionarias.
Mario Lorca, Sara Pantoja, Braulio Martínez, Daniel Gallo, Lilian Vásquez, Mariel Castro, Ramón Gutiérrez, Mauricio Quevedo y Mario Avillo componen el elenco.
La autora: Juana Ramírez y Asbaje nació en San José Nepantla, México, en 1648, y murió en 1691. Niña prodigio, no sólo aprendió a leer y escribir a los tres años, sino que a los 8 habría escrito su primera loa. A los 14 llega a vivir a la capital del Virreinato, donde crece su fama como intelectual, lo que la llevará a ser dama de honor de Leonor Carreto, esposa del virrey Antonio Sebastián de Toledo. A los 16 años se ordena monja y toma el nombre de Sor Juana Inés de la Cruz, viviendo hasta su muerte en el convento de San Jerónimo de Ciudad de México. Compuso poesías y teatro: dos comedias y tres autosacramentales. Son famosas sus cartas, en especial la “Respuesta a sor Filotea de la Cruz”, considerada su autobiografía.