El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se mostró hoy partidario de inyectar dinero público para sanear algunos bancos, pero sólo en una situación límite.
Si para salvar al sistema financiero fuera necesario prestar dinero público no dudaría en hacerlo, aunque sería mi última intención, afirmó Rajoy durante una entrevista con la radioemisora madrileña Onda Cero.
Esa sería la última opción, pero si fuese imprescindible no renunciaríamos a ella, como ha ocurrido en otros países europeos y en España en el pasado, remarcó el también líder del conservador Partido Popular, al ser preguntado por la situación de Bankia.
En los últimos 10 días, el ministro de Economía, Luis de Guindos, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sugirieron que Bankia (cuarta entidad financiera del país) tenía pendiente un profundo y urgente plan de saneamiento de sus activos inmobiliarios.
De acuerdo con el matutino, la cuarta entidad financiera de esta nación europea recibirá un préstamo, que deberá devolver con un interés del ocho por ciento.
Rajoy anticipó que el próximo viernes su administración aprobará un segundo paquete de medidas destinadas a sanear la banca española, debido a su fuerte exposición al negocio inmobiliario.
Recalcó que uno de los objetivos de la reforma financiera es fijar el precio real de las viviendas en los balances de los bancos, y que estos activos se saquen a la venta aunque pierdan dinero todos, promotores y bancos, enfatizó.
El jefe del Ejecutivo confesó, sin embargo, que no es proclive a la creación del llamado banco malo, el cual se encargaría de gestionar los activos inmobiliarios problemáticos de las instituciones afectadas por el derrumbe de la burbuja inmobiliaria.
Interrogado sobre un eventual rescate por parte de la Unión Europea y el FMI, respondió de manera tajante que España “no está ni lejos ni cerca” de una intervención.