La movilización 2011 nos marcó a todos. Fue quizás la experiencia más alucinante, masiva, popular, colorida, combativa y alegre que nos haya tocado vivir como generación. Miles y miles de personas parecían salir espontáneamente de la apatía y el nihilismo en el que estuvo estancada nuestra sociedad los locos años 90’s y los aburridos 00’s. Sin embargo, nada pasa “espontáneamente”. Por eso, queremos repasar un poco de la historia detrás de esta movilización, pues sólo conociendo la historia podemos comprender verdaderamente lo que significó el 2011, y más importante aún, podemos saber para dónde debemos ir.
El ciclo de luchas contra el modelo ideado por Pinochet y sus boys tiene su primer gran hito el año 97. Esa masiva movilización nacional de los universitarios, encabezada por el entonces presidente de la Fech Rodrigo Rocco, se sostuvo sobre dos pilares: Financiamiento (que se traducía en la demanda de arancel diferenciado) y Democracia (reforma a los estatutos de la Universidad). Estas fueron las primeras demandas que tuvieron la fuerza para volver a movilizar a los estudiantes, a medida que se disipaba la promesa de los cambios que traería el retorno a la democracia.
El año 2002 vuelve a haber un gran estallido universitario, tras el cual se logra un acuerdo entorno a los nuevos estatutos para nuestra Universidad (los cuales entrarían efectivamente en funcionamiento el año 2005). Paralelamente, los compañeros secundarios tuvieron su primera gran movilización el año 2001, el llamado “Mochilazo”, en la cual pelearon porque el pase escolar dejara de ser administrado por los microbuseros y volviera a manos del estado. De hecho, si ahora tu tienes una TNE es por los logros de esa movilización.
El año 2005 marca un hito relevante en la historia del movimiento universitario, pues la Concertación, que hasta entonces se había dedicado a simplemente administrar el modelo de Pinochet, empieza a meterle mano. Es así como nos tocó enfrentarnos a la propuesta de Ricardo Lagos, y su ministro de educación Sergio Bitar, de fundar el Crédito con Aval del Estado (CAE). El conflicto fue de enormes proporciones, pero en ese entonces solo los estudiantes de universidades tradicionales estaban organizados, y no existía casi alianza con el mundo privado, por lo cual lo que finalmente se terminó consiguiendo fue un sistema de créditos especiales para los estudiantes de las universidades tradicionales (el Fondo Solidario), mientras que los compañeros de privadas, CFT e IP quedaron sometidos a la durísima carga de endeudarse con bancos para poder estudiar.
Los Universitarios, tras la dura pelea que dimos el 2005, no sabíamos lo que los pingüinos nos tenían preparado para el año siguiente. El 2006 se rompieron todos los esquemas de lo conocido para una movilización estudiantil. Ya no se trataba de tal o cual modificación, o tal o cual demanda específica: los estudiantes y las familias chilenas salimos a la calle a pedir un nuevo modelo de educación, lo que se cristalizaba en la demanda de “No a la LOCE” (Ley Orgánico Constitucional de Enseñanza). Tras habernos movilizado sobre temas particulares, los estudiantes empezábamos a ver que el problema era el conjunto del sistema educativo chileno, y cambiarlo debía ser nuestro norte.
Esta lucha marca, sin embargo, uno de los puntos más oscuros de la historia social chilena desde el retorno a la democracia, como lo fue el pacto entre Bachelet y la Derecha para aprobar la LGE (Ley General de Educación), traicionando el espíritu y las demandas de los estudiantes que se habían movilizado. Esa fue nuestra lucha el 2008, cuando intentamos, infructuosamente, oponernos a la aprobación de esta nueva ley, que cambiaba las cosas, para que todo siguiera igual.
El movimiento estudiantil es una gran posta. No debemos partir de cero, pues es vital que aprendamos de los aciertos y errores de nuestros compañeros en el pasado. El 2011, cuando Camila Vallejo o Francisco Figueroa mostraron reiteradamente desconfianza hacia los partidos políticos tradicionales, no se trataba de un capricho, era la manifestación de un proceso histórico de maduración del movimiento estudiantil, de aprender en quienes se puede y en quienes no se puede confiar.
Ahora te toca a tí. Es tuya la responsabilidad de tomar esta posta, y continuar la lucha por un sistema de educación más justo, integrado, democrático y solidario, que nos permita construir un desarrollo de país para que todos vivamos mejor, y no solo unos pocos. La tarea es grande, pero nunca te olvides que a tus espaldas están todos los chilenos y chilenas que hemos luchado por una sociedad mejor.
Aquí nada termina compañeros,
Aquí cada día es continuar.