Estados Unidos debe poner en orden sus finanzas tan pronto como sea posible. De otro modo, la duplicación del déficit presupuestario y el eventual segundo mandato del presidente Barack Obama podrían conducir al colapso de la primera economía mundial, afirma el inversor estadounidense Jim Rogers.
Los bancos de EE. UU. enmascaran sus problemas
En una entrevista con Vestifinans, el experto destacó que EE. UU. le esperan tiempos penosos. Así, los logros del sector bancario no son reales sino que fueron creados mediante campañas de relaciones públicas y las recientes pruebas de estrés no son la excepción.
“¿Quién realiza estas pruebas de estrés? Los burócratas, así que es solo un ejercicio de relaciones públicas. Yo no invertiría en acciones de ninguno de los bancos que fueron sometidos a estas pruebas”, dijo Rogers aludiendo a la anterior crisis, cuando la situación financiera tampoco provocaba preocupaciones.
El inversor afirma que la recuperación del sistema financiero de EE.UU. es solo un disfraz de los verdaderos problemas globales de su economía.
“Sí, los bancos estadounidenses están ganando mucho dinero, ponen en orden sus balances, que es lo que la Reserva Federal (Fed) quería lograr. Lo que están haciendo para Estados Unidos es un desastre, pero los bancos se sienten bien”, señaló Rogers.
Obama llevará a EE.UU. al crack
Además, la economía de EE.UU. está entre las tenazas de una deuda enorme. “En los cuatro años de su presidencia Obama ha aumentado la deuda mucho más que todos los presidentes en la historia del país. Esto es una catástrofe. Y si él duplica o triplica el déficit, eso se convertirá en el fin de la historia de EE. UU.”, advirtió el experto.
“No se puede gastar continuamente dinero que no se tiene y acumular un enorme déficit. Para Obama, puede estar bien mantenerse en el poder por otros cuatro años, pero para EE. UU. y para el resto del mundo no es una buena acción”, agregó.
Según Jim Rogers, la única cosa que prestará utilidad a Estados Unidos es reducir el presupuesto, los gastos, los impuestos y tratar de llevar sus finanzas estatales en orden. Pero es una opción poco posible.
“En Washington, muchos círculos están interesados en gastar el dinero de otras personas. Está preñado de nuevos y nuevos problemas para Estados Unidos”, dijo agregando que el pico de confusión económica va a alcanzarse en 2014.