Enero 2, 2025

“La muralla de Adriano”: Lecciones para una estrategia de victoria en Aysén

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aysen_290nnLa decisión de los dirigentes del Movimiento “Tu Problema es Mi Problema” de la región de Aysén, de bajar las tomas de caminos y suspender determinadas acciones de hecho; encontró una gran adhesión ciudadana. Sin embargo en algunos cuadros políticos causó sorpresa y hasta desazón. Lo vieron como una señal de debilidad.

 

Como abogado, que noche tras noche tuve que concurrir a las comisarías y, también, como fotógrafo, pude participar en las conversaciones de las familias, comerciantes, ciudadanos “de a pie” y mi conclusión es que celebraron la medida. No tiene que haber sido fácil deponer, mientras duren las conversaciones, la toma de caminos. Este es un proceso que fue madurando, con escasa historia previa; pero una acumulación de circunstancias encontró su unidad.  Bien dice Víctor Hugo que “No existe en el mundo nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo.”


Se ha repetido en distintos foros y espacios que el Estado llegó a la región de Aysén con posterioridad a la instalación de los primeros colonos. Así es. Esta es una región muy joven, una de  las más jóvenes del país, y por tanto no tiene una prehistoria de lucha y organización del movimiento popular, si es que éste existe; lo que sí pueden exhibir con experiencia e historia otras regiones de  Chile. Es importante y significativo recordar que Aysén no tuvo lucha independentista. No fue ocupada por las tropas y burocracia realista española. En Aysén no habitaron los Manuel Rodríguez, los Francisco Villota. Tampoco los Neira. No vivieron y se inmolaron los José Gregorio Liendo, Comandante             Pepe, los “Paine” Tampoco los Luciano Cruz y las corridas de cerco en WallMapu. No hubo tomas como  los Campamentos “Salvador Allende”, “Nueva La Habana”, “Sol de Septiembre” No tenemos héroes populares, que en circunstancias determinadas asumieron las reivindicaciones populares, como por ejemplo “Facon Grande” en la Patagonia argentina.


¿Fue correcta la decisión de los dirigentes del Movimiento “Tu Problema es Mi Problema”? Es la pregunta que recorrió las conversaciones mientra el mate amargo pasaba de mano en mano. Cierta inquietud que se instaló en la población me recordó la historia de las batallas prolongadas que han existido en la historia de la humanidad. En especial la del pueblo libio. Aquella de Omar al Mokhtar, un héroe de la resistencia anticolonial africana, inmortalizada en el desconocido film “El León del Desierto” (1979) del director Moustapha Akkad.


El patriota Omar al Mokhtar, un profesor beduino que tuvo que devenir en guerrillero para liberar a su pueblo de la ocupación fascista ordenada por el dictador Mussolini, que agobiado-irritado tras 20 años de guerra no lograba doblegar la resistencia del pueblo libio y exhibir triunfos para respaldar su delirio de “llevar las banderas del fascismo a las estrellas”. Omar al Mokhtar conocido como “El León del Desierto” comandó a clanes de beduinos, pobremente armados pero con una voluntad y conciencia digna más ardiente que el desierto libio, además conocedores de la geografía local enfrentaron –con ciertos éxitos militares- a la moderna maquinaria de guerra italiana. El dictador Mussolini decidió una ofensiva final “un puñado de beduinos no puede frenar el desarrollo de 40 millones de italianos” y envió un sexto Gobernador a Libia. Lo escogió cuidadosamente entre sus generales. Envió al general Rodolfo Graziani, conocido como “el carnicero de Fezzan” La historia registra un diálogo entre el patriota que resiste, Omar al Mokhtar, con su verdugo que reclama derechos de ocupación mostrándole una antigua moneda romana. El comandante rebelde le contesta que encontrará “monedas griegas, turcas, fenicias enterradas bajo la arena del desierto de Libia. Esos invasores pasaron y nuestra lucha continua. La seguirán otras generaciones y otras. ¡Hasta Vencer!” El profesor de niños y de hombres sabía que su triunfo sería para otra época. Graziani no pudo derrotar a los beduinos que lo obligaron a pelear una “Guerra de Guerrillas” en el desierto y luego en las montañas.

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El general fascista Graziani apeló a la historia y tendió alredor de los patriotas libios un gran cerco de alambres de púas. Replicó la famosa “Muralla de Adriano” estrategia militar del emperador Adriano para detener los ataques de las tribus de los pictos en Gran Bretaña. Tras esa muralla de alambre de púas quedaron encerrados los beduinos, separados de su línea de abastecimiento, pertrechos y suministros. Recuerdo un dialogo de la película en que el líder anticolonialista les dice a sus combatientes “La alambrada nos desangrará cuando logre destrozarnos el espíritu”


Lo cierto es que el cerco y toma de caminos, necesario para la presión al gobierno central, comenzó a “desangrar espíritus” de ciertos sectores de la población. Muchos de esos sectores con ingresos económicos que dependen del día a día y otros, con una conciencia política menos desarrollada comenzaban a permear con críticas a la población que está haciendo su bautizo de fuego en esta gesta regional. Creo que la decisión de los dirigentes, en estas circunstancias, fue acertada. La población ha podido reabastecerse, evaluar sus capacidades de resistencia, conocer su conciencia política y con quienes pueden contar. Muchos abandonaron las banderas negras que pusieron en el frontis de sus casas, otros esperan radicalización de los hechos. Y un gran sector medio espera “con mano ajena” recibir los privilegios que los que luchan logren para todos. La gran incógnita es si el gobierno, que en esta región tuvo un triunfo avasallador en las urnas, tenga propuestas acertadas y popularmente amistosas para terminar la protesta social. De contrario se comportarían como el general fascista Graziani, buscar ganar tiempo para fortalecer la represión, persecución y debilitamiento del Movimiento. Pero este pueblo comprendió que pelearán batallas destinadas a ganarlas en otras generaciones. Así como una vez en la historia, muy lejos de esta patria verde, un sencillo maestro de escuela cambió los textos por el caballo y el fusil, y señaló que en la arena del desierto habían sepultadas monedas de muchas nacionalidades, aquí en las aguas de los ríos caudalosos, valles y bosques de lengas, en la memoria colectiva  en definitiva existen sepultadas por la ineficiencia centralistas varias cabezas de intendentes y ministros. Y el pueblo va por más porque el orgullo regional cada día es más fuerte. ¡Hasta Vencer!


por Rodrigo De Los Reyes Recabarren

rodrigodlr@patagoniachile.cl 

 


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