Septiembre 23, 2024

Con la baraja arreglada

rio_puelo

rio_pueloVivo en Río Puelo, uno de los hermosos lugares de nuestro país, no soy medioambientalista, pero entiendo que vivimos en comunidad, es decir que no somos una población aislada de humanos sobre la tierra, sino que vivimos en una frágil armonía con otros seres y que debemos cuidar pensando en nuestra sostenibilidad.

 

Sin embargo los intereses económicos se cruzan con este cuidado, y digo se cruzan por que hasta ahora los hemos atropellado. De hecho ser medioambientalista en este país, es sinónimo de antiprogresista para los decidores de nuestra patria, por que se oponen al desarrollo a las nuevas ideas que permiten crecer al país.


Hace algunos días el ministro Chadwick declaraba que la peor política pública ha sido el Transantiago. Le recuerdo al Sr. Ministro que Santiago no es Chile y que ha habido un montón de políticas que han afectado el interés y bienestar de todos los chilenos.


Una de ellas es el código de aguas promulgado en la dictadura militar. Que permitió de ahí en adelante regalar a perpetuidad el agua de todos los chilenos, primero a familias, que se han enriquecido con este enjuague legal que permite solicitar agua de los ríos en forma gratuita aunque ni siquiera lo conozcan, para luego vender estos derechos a transnacionales que han pasado a controlar la mayoría de los ríos de nuestro país. ¿Puede haber algo más idiota?, haber permitido esto, ¿puede haber una política pública peor que entregar la administración del agua a empresas?


No quiero referirme a en términos de país, aunque entiendo que una problemática de muchos chilenos en distintas regiones, sino que focalizarme a lo que hemos vivido los pobladores del Río Puelo en la Región de los Lagos, comuna de Cochamó.


En la cuenca del Río Puelo hay derechos de agua otorgados hace más 30 años por la totalidad de las aguas que ha significado que a la hora de presentar un proyecto de agua potable rural o de minicentrales hidroeléctricas, aparezca inmediatamente la carta de un abogado de Endesa en un inicio reclamando que se están afectándo sus derechos por lo que no se puede aceptar que continúe este sueño. Así se ha permanecido adormilada desde el punto de vista del desarrollo, a mi modo de ver esto es ser antiprogresista.


Por años hemos preguntado a los expertos, directores de servicios que es lo que se está tramando en la Cuenca y la respuesta ha sido que no hay nada oficial que no se ha presentado ningún proyecto de central, que todo es una ilusión, y sin embargo hemos vistos campañas en terreno de distintos actores camuflados, consultoras realizando evaluación de impactos, identificando lideres locales, estableciendo líneas bases, leyendo en los diarios (Mercurio, Llanquihue, por nombrar algunos) periódicamente que las centrales en el Río Puelo, se construirán de todas maneras. Y en el último año trabajadores construyendo sin permisos ni autorizaciones legales, pagando remuneraciones a pobladores por servicios diversos, y la construcción de una sála de máquina cuando aún no hay un pronunciamiento, respecto si se puede o no hacer el proyecto. Y el estado mira, el gobierno facilita y los ciudadanos indefensos tenemos que morder la frustración.


En diciembre del 2011, la empresa mediterraneo ha presentado la hebra, es decir el inicio de la construcción de una serie de centrales que tienen diseñadas para la Cuenca del Río Puelo. Personalmente no me opongo a las represas ni a las centrales eléctricas. Me opongo que nos traten como lesos, me opongo a que las decisiones de los territorios sean tomadas por personas que no viven en los territorios, me opongo a que no podamos generar una conversación como país que nos permita decidir como y adonde queremos crecer. Me opongo a que las decisiones de país se las dejemos al libre arbitrio de las empresas.


Lo que me molesta es el cinismo de hacer parecer que es importante la opinión de las personas cuando en realidad importa un comino. En realidad lo que se está haciendo es validar un proceso que debe cumplir las empresas de “participación ciudadana” que tiene como objetivo informar de las bondades del proyecto, de convencer que en realidad es un hecho que se viene y que las puntos críticos se pueden resolver sin mayor problema a través de medidas de mitigación o de compensaciones futuras. La empresa tuvo años para desarrollar su proyecto y la ciudadanía tiene 2 meses para reaccionar a él y presentar observaciones que serán descalificadas por no contener el respaldo técnico suficiente.


Hoy la empresas tienen la baraja arreglada a su favor, esa es la convicción que tenemos luego de ver como funciona la Ley, como opera el servicio de evaluación medio ambiental y como respalda el gobierno los proyectos generación de energía.


De hecho hasta hoy no se ha rechazado nunca un proyecto, al contrario cuenta con el respaldo de todos los servicios, es cierto que se mejoran, como ocurre cuando uno lleva el vehículo a la revisión técnica, al hacer la evaluación aparecen los problemas o puntos críticos y luego se lleva al mecánico para su adecuación y listo pasamos la revisión técnica, así mismo ocurre con los proyectos que se “mejoran”.


Pero si piensan que los chilenos vamos a mirar tranquilamente como esto ocurre están muy equivocados.


Víctor Vaccaro Escudero
victorv@andespatagonia.cl
 

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