Organizaciones sociales han cifrado en 10% el avance en la construcción de viviendas, mientras que el gobierno -sobre una base de 220.000 viviendas destruidas- asegura que ya fueron entregadas 72.000 casas (32,7%), aunque la cifra comprende también la reparación de habitaciones que no resultaron completamente destruidas.
Vigilias y misas en recuerdo de las más de 500 víctimas, junto a protestas por el lento avance de la reconstrucción, marcaron el segundo aniversario del terremoto de 8,8 grados, seguido de un tsunami que azotó al centro y sur de Chile el 27 de febrero de 2010.
Pobladores de las zonas más afectadas, sectores costeros de las regiones del Maule y BioBío, entre 400 y 500 km al sur de Santiago, esperaron con vigilias la hora exacta del sismo: las 03H34 del 27 de febrero de 2010, en el último fin de semana de vacaciones.
En Constitución, decenas de personas llegaron hasta la Isla Orrego. En este lugar, se encendieron cientos de velas y se nombró una a una a las víctimas. También los pobladores instalaron banderas negras en señal de protesta por lo que consideran un lento proceso de reconstrucción.
En Dichato, en Concepción -epicentro del terremoto- cientos de vecinos también encendieron velas y esperaron la hora exacta de la catástrofe. También hubo algunas protestas por la lenta reconstrucción de casas, que allí todavía mantiene viviendo en instalaciones de emergencia a unas 453 familias.
En el centro de Concepción, en tanto, ex habitantes del edificio Alto Río -una construcción de 14 pisos que se desplomó, convirtiéndose en un símbolo de la tragedia- se reunieron en el lugar y lanzaron al viento ocho globos, en recuerdo de las víctimas que murieron en el lugar.
Hubo también actividades en el vecino puerto de Talcahuano y en los balnearios de Duao e Iloca, entre otros.
En Santiago, el presidente Sebastián Piñera inauguró un colegio que fue reconstruido y encabezó una ceremonia religiosa en el palacio presidencial de La Moneda, en recuerdo de las 523 víctimas que dejó el terremoto.
“Chile hoy día es un Chile muy distinto a aquel Chile (en el) que amanecimos ese 27 de febrero. El proceso de reconstrucción avanza a paso firme”, afirmó Piñera, defendiéndose de las críticas sobre un progreso lento de la reconstrucción.
A dos años del terremoto, que dejó pérdidas totales por 30.000 millones de dólares, equivalentes a 17% del PIB, el mandatario cifró en dos tercios los avances en la reconstrucción de los daños.
Pero en materia de vivienda, las cifras difieren y pobladores recordaron a Piñera su promesa de que nadie pasaría otro invierno viviendo en locales de emergencia, un ofrecimiento que no cumplió.
De hecho, en el balneario de Dichato sigue en pie el gigantesco campamento de emergencia El Molino, que se construyó para albergar a la mayoría de sus 3.000 habitantes, que viven en pequeñas viviendas de madera, en las que deben compartir baños y minúsculos espacios comunes.