La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, arremetió este domingo contra Rusia y China, después de que el sábado estas dos potencias vetaran una resolución de condena contra Siria en el Consejo de Seguridad, y calificó de farsa ambos vetos. Washington trató de impedirlos hasta el último momento con el apoyo de Europa occidental y la Liga Árabe, pero no lo consiguió, lo que ha creado una situación que no dispersa las incertidumbres de lo que puede ocurrir a partir de hoy.
“Ante la neutralización del Consejo de Seguridad, hemos de redoblar nuestros esfuerzos fuera de las Naciones Unidas junto con los aliados y socios que apoyan el derecho del pueblo sirio a tener un futuro mejor”, dijo Clinton en Bulgaria, en su primera reacción a la frustración del sábado. La secretaria habló de unos misteriosos esfuerzos fuera de las Naciones Unidas, sin precisar qué pasos dará Washington una vez Rusia y China han “neutralizado” el Consejo de Seguridad.
EEUU apoya unos “esfuerzos fuera de las Naciones Unidas” en contra de Al Asad
Las palabras de Clinton sugieren que Washington está preparando alguna estrategia para obrar al margen del Consejo de Seguridad, una posibilidad con la que cuenta la diplomacia rusa, que sigue apoyando al presidente Bashar al Asad y aboga por el diálogo. La oposición lo rechaza y exige la caída de Al Asad antes de negociar. Hace unos meses, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que si EEUU quiere intervenir militarmente en Siria nadie lo podrá impedir, pero al menos Moscú no permitirá que se apruebe en Nueva York una resolución en ese sentido.
La votación de Rusia y China suscitó numerosas críticas en el mundo árabe y en Occidente. Además, el Consejo Nacional Sirio (CNS), una organización que agrupa a las fuerzas de oposición en el exilio, dijo que el veto equivale a dar “una licencia para matar con impunidad”. El CNS actúa como una organización montada para convencer a Occidente, está completamente dividido y no permite que los Hermanos Musulmanes, la fuerza más destacada, exprese sus propias ideas con el fin de que no surjan a la superficie los acusados antagonismos que existen entre ellas.
Implicación de Israel
La posible implicación de Israel en el conflicto es una cuestión que se debate a diario en la región, discutiéndose incluso si lo hace directamente o a través de Arabia Saudí y EEUU. El viceprimer ministro israelí y titular de Asuntos Estratégicos, Moshe Yaalon, declaró este domingo que un hecho positivo para Israel sería la fisura en el llamado eje del mal que forman Teherán-Damasco-Beirut-Hamás, una alianza que no se ha doblegado ante el eje del bien, EEUU-Israel-Arabia Saudí.
Un Yaalon tal vez ingenuo dijo que no cree que ocurra con Siria lo mismo que ha ocurrido con Egipto, donde los islamistas han arrasado en las elecciones legislativas. Y a la pregunta de si Israel mantiene contactos con la oposición siria, respondió: “Si hay contactos o no, no esperen ustedes que lo comente ante los medios de comunicación“.
Es evidente que una caída de Al Asad traería buenas noticias para Israel y para Arabia Saudí. Por una parte, cortaría de raíz el vital eslabón entre Irán y Hizbolá, y el vínculo entre Irán y Hamás, y esto redundaría en beneficio de Israel. En cuanto a Arabia Saudí, este país desea la caída de Al Asad para tener otro aliado suní en la región y para aislar a Irán y a Hizbolá en Líbano, en beneficio de sus aliados suníes.