Noviembre 23, 2024

Los concertacionistas y el “proporcional moderado” en claves filosóficas

concertacion11

concertacion11La elite concertacionista actúa una vez más de manera pre-democrática al presentar su  propuesta acerca del modo de escrutinio al Gobierno. No la “socializó” con el pueblo ni con sus propios militantes. La propuesta fue redactada entre 4 muros. Tal como gobernó la Concertación con todos sus presidentes.

 

Antes que la democracia fuera inventada, en Grecia en el V antes de J.C., los aristócratas y oligarcas griegos se reunían a deliberar entre ellos. El “Demos” o pueblo era excluido. Las clases inferiores, los griegos productores directos, artesanos y marineros; los marginados, no formaban parte del círculo del poder restringido ni participaban en los debates. Más tarde, cuando las decisiones eran tomadas por el grupo pequeño de potentados, sólo ahí eran “anunciadas” a la masa. La revolución que significó la democracia directa en el siglo V a. de J.C. puso el poder al centro de la comunidad de iguales para que nadie se lo acaparara ni apropiara. Las decisiones se democratizaron. Hubo que romper con los discursos de los poderosos que como su ideólogo Platón afirmaban que sólo los expertos podían gobernar.


Sólo sabemos que el documento concertacionista propone un “modo proporcional moderado” para cambiar el sistema binominal de designación parlamentaria. No hay que ser politólogo experto para saber que aquí el adjetivo “moderado” huele a trampa. Viniendo de quién viene; los de las manitos alzadas con la derecha aliancista …


¿Moderar qué Srs. Concertacionistas?


Uds, al igual que los oligarcas y aristócratas de los clanes griegos de la prehistoria de la democracia pareciera que le tienen miedo  –al igual que la derecha oligarca– a los debates en las asambleas ciudadanas, al ejercicio directo del poder, a la palabra libre y argumentada, a la designación por azar de los magistrados, a la acusación y juicio popular a quienes han propuesto y hecho votar una ley injusta para el pueblo (el extraordinario “graphé paranomón“). Estos fueron los principios básicos puestos en práctica por los inventores de la democracia, hoy traicionados sistemáticamente en las democracias liberales de factura occidental.


Por supuesto, eso fue hace 26 siglos. Sí, Aristóteles justificaba la esclavitud y la marginación de las mujeres. Pero un ex esclavo, Protágoras, odiado por Platón, les argumentaba a los antidemócratas que la idea de justicia (diké) y el sentido común o razón estaban distribuidas por igual entre todos los seres humanos (antes que lo escribiera Descartes en el XVII). Y que la política no era un asunto de “expertos” sino de asambleas de individuos que deliberan juntos en torno al bien común (idea que fue aprovechada más tarde por los filósofos cristianos de Agustín a Tomás de Aquino hasta Jacques Maritain, puesto que para los griegos el Bien no tiene nada que ver con los dioses ya que éstos no necesitan bienes como salud y educación. Ya que como son inmortales no necesitan vivir conforme a prácticas humanas que les permitan acceder a la felicidad en una vida de incertidumbre e infortunios). Por lo que las virtudes ciudadanas se aprenden, en academias.


Mas tarde, las ideas socialistas sostendrían que para vivir como hombres y seres dignos nada mejor que ser iguales, es decir vivir en las mismas condiciones materiales. Para eso, la democracia -y directa- es un medio para lograr un fin.


Ahora bien, el sistema democrático óptimo inventado por Occidente es el sistema de designación de representantes proporcional a los sufragios obtenidos según una cifra repartidora. Es el paradigma mínimo de las democracias liberales. Es lo que no quieren los binominalistas. Por la misma razón que los oligarcas propietarios griegos. Por miedo a perder poder y privilegios de casta. Sólo después de revueltas populares llegó la democracia a Atenas. Sólo después aparecieron “reformadores” que comprendieron que el vínculo social se estaba destruyendo debido a la desigualdad, al mal social. Por lo mismo, una de las primeras reformas fue impedir que los campesinos endeudados con los terratenientes griegos perdieran sus tierras y su libertad: que se convirtieran en esclavos según la práctica oligárquica de la economía esclavista de la época. Es para meditar acerca de la estrecha relación entre condiciones socieconómicas y democracia real que los reformadores griegos, antes que los pensadores cristianos o socialistas intuyeron. Es lo que los socialistes liberales y los DC, concertacionistas y aliancistas de todo pelaje parecieran ignorar.  

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