La discusión sobre un cambio al sistema electoral binominal tensiona al oficialismo, su mayor beneficiario, y debilita al presidente Sebastián Piñera, al evidenciar su falta de liderazgo, coinciden varios analistas.
Siguiendo una pragmática agenda y el afán de mostrar una posición de estadista, fue el propio Piñera el que puso sobre la mesa el tema -que no estaba en su programa de campaña-, al sondear una reforma electoral con los cuatro ex mandatarios de la Concertación, señala la agencia AP.
Las reuniones, sostenidas con cada uno de ellos en la casa de gobierno, alimentaron expectativas en la oposición de sellar un amplio acuerdo para poner fin al sistema electoral binominal, que ha favorecido la conformación de dos grandes bloques políticos y excluido a las minorías.
El sistema, definido como “un cáncer” para la democracia por el ex presidente Ricardo Lagos, divide al país en circunscripciones y cada una elige dos representantes al Parlamento. La coalición más votada obtiene el primer representante y el otro le corresponde a la segunda más votada. Para que la coalición más votada obtenga los dos representantes, debe duplicar en votos a la segunda más votada.
Esta condición, que lo hace único en el mundo, ha favorecido por décadas a la derecha chilena, que en el inicio logró igualar su representación frente a la mayoritaria Concertación, pese a tener sólo cerca de un tercio de los votos.
A lo largo de los años, el sistema ha trasladado la competencia electoral al interior de las coaliciones, restándoles representatividad a los candidatos, y excluyó del parlamento a los grupos minoritarios, según analistas.
Sin embargo, tras reunirse con los líderes del oficialismo, Piñera dio marcha atrás y anunció que la reforma se posponía, para priorizar lo social en 2012, plegándose a la posición de los sectores más duros de la alianza de gobierno, integrada por el liberal partido Renovación Nacional (RN) y la ultra conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI).
Su decisión desató una fuerte tensión en el oficialismo, por las críticas de los grupos más liberales que amenazaron con quebrar el pacto y aliarse con la oposición para llegar a un acuerdo para una reforma.
“Es un contrasentido llamarse Alianza por el Cambio y no estar dispuestos a implementarlos”, dijo la senadora de RN Lily Pérez, en alusión al nombre de la coalición oficialista.
En tanto, el senador de la UDI, Jovino Novoa, emplazó al gobierno a definir si va a gobernar con la alianza de gobierno o va a auspiciar la conformación de una nueva coalición. “No sé si será bueno para Chile que se cambie la coalición gobernante”, advirtió Novoa.
Desde la oposición, se acusó a Piñera de falta de liderazgo.
“El presidente tiene que ser capaz de vencer el veto que está instalado en sus propias filas. El llamado es a que él ejerza su liderazgo”, señaló el senador socialista Camilo Escalona.
“¿Qué queremos nosotros, el país entero, la oposición? Que el Presidente ejerza su liderazgo si él realmente cree que hay que modificar el sistema binominal”, afirmó de su lado el presidente de la Democracia Cristiana, Ignacio Walker.
En medio de la polémica, Piñera trasladó la responsabilidad a las coaliciones políticas. “O se ponen de acuerdo, o no hay cambios”, afirmó el mandatario, que aparece ya como el gran perdedor en esta disputa, al no evidenciar una estrategia clara ni un marcado liderazgo, según analistas.
“El gran problema que observamos hoy día es que Piñera no es el líder de la derecha. La UDI no lo reconoce como un interlocutor válido”, dijo a la AFP el politólogo de la Universidad de Santiago, Bernardo Navarrete.
Ahora, también quedó en evidencia “que no sabemos a priori si lo que inicia el presidente va a llegar a buen puerto, y eso lo va a seguir debilitando”, agregó.
Piñera, el primer mandatario de derecha en dos décadas, es también el gobernante con menor apoyo desde el retorno a la democracia, con un respaldo que hoy alcanza al 23%, y que cayó en picada el último año, por una serie de reclamos sociales, liderados por los estudiantes.
Según un analista de la Universidad de Chile, Guillermo Holzmann, el desafío ahora para Piñera “es ordenar políticamente” a la alianza de gobierno, ya que este episodio “está dejando al gobierno en una situación de aislamiento político, que tiene impacto en la ciudadanía en un escenario de baja popularidad”.