Tres de los principales sindicatos de Italia convocaron este lunes a nuevas paralizaciones en repudio al plan de ajuste presupuestario y de reformas económicas aprobado este domingo por el gobierno de Mario Monti. Los trabajadores insisten en que quieren negociar con las autoridades, que se oponen al diálogo.
La convocatoria fue confirmada por el secretario general de la Confederación Italiana de Sindicatos de Trabajadores (CISL), Raffaele Bonanni y el líder del Unión Italiana de Trabajadores (UIL) Luigi Angeletti, quienes en una rueda de prensa explicaron que la intención de su paro (que durará dos horas) es exigir “con fuerza que se abra una negociación” sobre el plan de ajuste.
“Pedimos a todos los trabajadores del CISL y del UIL, pedimos a todos los militantes, inscritos y dirigentes que hagan el lunes próximo una huelga-protesta en sus dos últimas horas de trabajo para dirigirnos a todas las sedes de delegación del Gobierno para que se escuche nuestra voz y pedir con fuerza que se abra una negociación”, dijo Bonanni.
El líder sindical también dijo que los trabajadores “actuaremos de todos los modos necesarios para que fracase el intento de reducir a los agentes sociales a meras comparsas. Pediremos reuniones con todos los grupos parlamentarios porque el Parlamento tiene que garantizar una reunión equilibrada”.
Luego de estas declaraciones, el principal sindicato del país, la Unión General de Trabajadores (UGL), divulgó un comunicado en el que anuncia su decisión de adherirse a la iniciativa de huelga, aunque elevando el tiempo de la paralización a cuatro horas.
“El plan de ajuste propuesto por el Gobierno contiene pocas novedades positivas y muchas partes graves que no hacen que sea un plan equitativo, sino que pone sobre los trabajadores y los pensionistas una carga muy pesada”, reseñó el texto que también criticó la falta de diálogo.
“Pedimos, por tanto, al Parlamento, al que presentaremos propuestas precisas, que corrija el plan de ajuste”, agregó.
Esta es la primera convocatoria de movilizaciones contra el plan de ajuste y reformas económicas por valor de 30 mil millones de euros aprobado este domingo en Consejo de Ministros, en el que priman, sobre todo, la parte impositiva y cambios en el sistema de pensiones.
Entre los principales puntos que tiene el plan se encuentra el aumento del IVA en dos puntos, del 21 al 23 por ciento, a partir de septiembre de 2012; así como también el aumento del tiempo de cotización para jubilarse con las llamadas pensiones de antigüedad, que, a partir de 2012, será de 41 años para las mujeres y de 42 para los hombres.
También se congelan las pensiones superiores a 960 euros al mes, mientras que se mantiene su actualización basada en la inflación para aquellas inferiores.
Además en el plan del Gobierno, que finalmente no sube el tipo máximo del impuesto sobre la renta de las personas físicas, se tasan los bienes de lujo y se reintroduce el impuesto sobre bienes inmuebles a la primera casa, extendiéndolo también a la segunda y tercera vivienda.