La desigualdad entre ricos y pobres en el seno de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha aumentado hasta alcanzar su nivel más alto en 30 años, de acuerdo con un informe elaborado por la mencionada institución internacional en el que España y países considerados tradicionalmente iguales, como Alemania, Dinamarca y Suecia han incrementado la brecha debido a una mayor fractura del mercado laboral.
El informe “Seguimos divididos: ¿Por qué la desigualdad sigue aumentando?” concluye que los ingresos medios del 10 por ciento más rico es actualmente nueve veces mayor que la del 10 por ciento más pobre de toda la OCDE. En el caso de España, esta brecha se sitúa en once veces.
La desigualdad ha aumentado incluso en países que se han identificado por ser iguales, como Alemania, Dinamarca y Suecia, del 5 al 1 en la década de 1980 hasta del 6 al 1 de hoy.
La brecha es de 10 a 1 en Italia, Japón, Corea y el Reino Unido, y más, de 14 a 1 en Israel, Turquía y Estados Unidos.
Mientras que en Chile y México, los ingresos de los más ricos siguen siendo más de 25 veces superiores a los de quienes viven en pobreza, las cifras más altas de la OCDE.
Asimismo, la diferencia de ingresos es mucho mayor en grandes economías emergentes fuera de la OCDE. El margen 50 a 1 se encuentra en Brasil, que se mantiene con una cifra muy superior al de muchos otros países, a pesar de que ha ido descendiendo de manera significativa durante la última década.
“El contrato social está empezando a desmoronarse en muchos países. Este estudio echa por tierra la hipótesis de que los beneficios del crecimiento económico automáticamente repercute sobre los más desfavorecidos”, señaló el secretario general de la OCDE, Angel Gurría, durante la presentación del documento en París.
“Sin una estrategia integral para el crecimiento, la desigualdad seguirá aumentando”, sostuvo.
En el caso puntual de España, la Organización indicó que “la desigualdad ha disminuido desde mediados de los años 80, contrariamente a lo ocurrido en la mayoría de los países de la OCDE donde ha habido una tendencia importante a la alza en los últimos 25 años (…) Sin embargo, datos nacionales recientes muestran que la desigualdad se ha incrementado en los dos últimos años”.
Igualmente, la institución apreció una menor diferencia de salarios entre los trabajadores mejor y peor remunerados. Señaló que la diferencia ha disminuido en España un 20 por ciento entre el 1994 y el 2008. En este mismo período se ha incrementado prácticamente en todo el resto de los países de la OCDE.
Los sistemas fiscales desempeñan un papel importante en la reducción de la brecha de desigualdad impulsada por el mercado, sin embargo, se han bajado su eficacia en la redistribución de los ingresos desde la mitad de la década de los 90.
Se conoció que el motivo principal, en la calidad de la redistribución del ingreso, se encuentra en el lado de los beneficios. Los niveles de beneficios se redujeron en casi todos los países de la OCDE y no se pudo mantener el ritmo de crecimiento de los ingresos.
Otro punto significativo ha sido el recorte en las tasas impositivas de los ingresos más altos.
“Nuestro informe indica claramente que la mejora de las cualificaciones de la mano de obra es de lejos el instrumento más poderoso para contrarrestar la creciente desigualdad de ingresos. La inversión en capital humano debe comenzar en la infancia y continuar a través de la educación y el trabajo”, aseguró el secretario general de la OCDE.
La mencionada organización resalta la importancia en la necesidad de que los Gobiernos revisen sus sistemas fiscales para asegurar que las personas más ricas contribuyen con una cuota justa a la carga fiscal.
La propuesta se puede alcanzar incrementado las tasas marginales de impuestos a los ricos y en la mejora en el cumplimiento de las obligaciones tributarias. Además, al eliminar las deducciones fiscales y revaluando el papel de los impuestos en todas las formas de propiedad y riqueza.