Septiembre 20, 2024

Bet Gerber, experta del Barómetro de Equidad: “La transición hacia la TV Digital se ha hecho en forma casi secreta”

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 tvdigital_foro¿Cuál es el modelo de televisión que queremos para Chile?  ¿Qué distingue a los bienes públicos de los bienes de consumo?, fueron preguntas que cruzaron el debate, y que se vincularon a la falta de transparencia y casi nula discusión ciudadana sobre el futuro de la televisión digital.

 

 

 

En las escasas oportunidades en que el tema llegó a los medios masivos, fue desde una perspectiva meramente tecnológica, señala Bet Gerber.  Y añade que el propio presidente del Consejo Nacional de Televisión afirmó no hace mucho que la transición hacia la Televisión Digital Terrestre (TDT) no sería un tema político, sino una cuestión de cambio tecnológico. Sin embargo, el tema tecnológico ya fue resuelto por Chile , al elegir la norma brasileño-japonesa, explica la profesional.

“La  pregunta central  es qué modelo de TV quisiera darse este país en las próximas décadas y en qué medida se concibe a la comunicación como un derecho de la ciudadanía, y no del conjunto de consumidores”, señala.

A su juicio,  las cuestiones de fondo que definirán el rumbo que tomen los proyectos de ley que se encuentran en el Congreso (Ley de Televisión Digital Terrestre y Ley de Televisión Pública), remiten ineludiblemente a los denominadores comunes de las crisis  “sectoriales” que vive Chile hoy.

Añade que “aunque afecten profundamente la vida de todos y todas, las cuestiones vinculadas a las políticas de comunicación parecen ser objeto de interés de ghettos especializados, conformados, por una parte, por actores del mundo académico y de las organizaciones de la sociedad civil dedicadas al tema, y los representantes del mundo empresarial y gubernamental, por el otro”.

 

Un 83% de encuestados no sabe qué es la TV Digital

 

El 6 de abril pasado la Cámara de Diputados dio media sanción a una ley que sienta las bases para la distribución de un espacio que es de toda la ciudadanía, tan valioso que fue declarado propiedad de la humanidad por organismos internacionales y se denomina “espacio radioeléctrico”. Sin embargo, la encuesta 2011 del CNTV indica que un 83% de los encuestados manifiesta no saber qué es la TDT. Entre quienes señalan saber algo al respecto, el 47% la asocia a “mejor imagen” y un 17% a “mejor sonido”.

La explicación de semejantes niveles de desconocimiento pasa, en gran parte, por el cerco informativo tendido por los principales interesados: los propios medios masivos, señala Bet Gerber.

 

Y explica qué es lo que está en juego en este tema: “El dato básico es que la TV, al igual que la radio, funciona en el espacio radioeléctrico, que es finito. El tránsito de la TV analógica a la digital implica, entre otras cosas, que en ese espacio finito habrá una disponibilidad de frecuencias -imprescindibles para las transmisiones- mucho mayor que la hasta ahora existente. Esto genera interrogantes de enormes implicancias políticas, sociales y económicas como: ¿de qué manera se distribuyen esas nuevas frecuencias, qué derechos tienen los operadores existentes, cómo renuevan sus concesiones y cómo se facilita el ingreso a los nuevos de modo tal que se promueva el pluralismo y la diversidad?

El proyecto que se aprobó en la Cámara de Diputados el 6 de abril no abre un panorama alentador.  El 13 de abril, el Senado había rechazado que el proyecto de ley de TV digital fuera visto por la comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología. Esto significaba que sólo sería visto en las comisiones de Hacienda y de Transporte y Telecomunicaciones. Al saltarse la primera comisión, el Senado estaba ignorando que el articulado del proyecto de Ley se vincula directamente con los contenidos televisivos, con la misión social de la TV y la posibilidad de ingreso de señales culturales, educativas y comunitarias al mercado televisivo. 

 La fuerte reacción de algunos senadores de oposición, asesorados por organizaciones de la sociedad civil, permitió iniciar un proceso de análisis más profundo y una cierta apertura en torno a este proceso.  Entre mayo y agosto de 2011, organizaciones de la sociedad civil tuvieron algunas posibilidades de acercar sus propuestas al Senado a lo largo de las audiencias. 

 

La agenda “por omisión”

En un contexto de desinformación -marcado por la efervescencia social de este año-, las redes sociales y la prensa digital “aparecen como una posibilidad de romper el cerco informativo”, además de constituir un espacio de intercambio de opinión e información ausente en los grandes medios, indica Bet Gerber.

En la investigación -publicada en la reciente edición del Barómetro de Equidad- y que dio origen al debate en el Colegio de Periodistas, Bet Gerber escribe: “Cada vez más las redes sociales y medios digitales parecen hacerse cargo de la agenda por omisión, entendida como la no cobertura de determinados temas o la intencional cobertura parcial por parte de los medios masivos”.

 

En el caso de los debates en torno a la política medioambiental o educativa, no obstante, la fuerza que fueron cobrando en la agenda ciudadana ha sido tal, que los medios masivos no han podido omitirlos, dice.

 

El proceso que recorremos de lo analógico a lo digital se parece más a una transición plagada de cruces, que a un salto entre dimensiones inconexas. En este escenario, caracterizado por el creciente surgimiento de híbridos, tal vez se trate de ir descubriendo posibles articulaciones entre las redes sociales y los medios masivos, que potencien comunicaciones más enriquecedoras de la democracia, concluye la especialista.

 

 

 

Link de la investigación publicada en el Barómetro de Política y Equidad:

http://www.fundacionequitas.org/descargas/barometro/barometro03-07.pdf

 

 

 

 

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