El 1% de los dueños de los Estados Unidos, los ricos, han usurpado el nombre de América –dado al continente americano por el cartógrafo Martín Waldseemüller, al publicar su mapa, en 1507, en homenaje a Américo Vespucio-, en forma irreflexiva y reiterativa. Este plagio constituye una distorsión geográfica, histórica, política y social…
Los medios mediáticos de comunicación (incomunicación) globalizados de “América”, los Estados Unidos, machaconamente reflejan a Nueva York como la gran metrópolis “americana”, escondiendo bajo la alfombra las estadísticas estremecedoras de la criminalidad, que por décadas se ha apoderado de la ciudad: Record de personas asesinadas. Los asesinatos han aumentado en un 25% sobre el año 2009, una persona murió asesinada cada cinco horas, cada dos horas una mujer fue violada, cada tres minutos una persona fue asaltada y cuatrocientos cincuenta coches fueron robados cada veinticuatro horas. Definitivamente, Nueva York es un lugar peligroso, donde
Los que poseemos la capacidad de sorprendernos hemos constatado la eficacia brutal de la policía de Nueva York contra los marginados indignados: los sin trabajo, sin vivienda, sin educación, sin atención médica, sin voz ni Justicia…
La proclamada indignación de los jóvenes rebeldes y los marginados indignados contra el terror capitalista globalizado/globalización del capital, encierra unas medidas de moral y de honradez intelectual con cuya ayuda no sólo pueden desenmascararse los ya pasados o actuales intentos de esclavización de la Humanidad, sino también los venideros, por muy maquillados y solapados que se nos acerquen. En este movimiento social de Marginados Indignados Conscientes Esperanzados, se vislumbra el inevitable fin del terrorista sistema capitalista globalizado/globalización del capital y de su principal aliado El Vaticano.
La salvación de la Humanidad pasa por la transformación de la persona y del sistema terrorista capitalista globalizado. La alternativa es un modelo de
Si los oligarcas terroristas capitalistas opresores atiborrados creen que pueden detener la marcha de la Humanidad, frivolizando, descalificando y criminalizando al movimiento social de los marginados indignados, con sus motes de “delincuentes, violentistas subversivos”, se equivocan. Ya la cuerda no se puede estirar más, es hora de poner el fin a las injusticias económicas, a los privilegios políticos, a las supersticiones fundamentalistas religiosas, etc.
La rebeldía es la más alta disciplina del carácter de la persona, templa al joven en su lucha, poniendo en un mundo ideal la recompensa de una nueva sociedad sin injusticia, sin odiosas marginaciones, que es el común destino de los grandes perseguidos, la Humanidad ha venerado y venera sus nombres y no recuerda el de sus perseguidores. La rebeldía es eterna y creadora. La juventud sin espíritu de rebeldía es servidumbre precoz.
Que la esperanza de los Marginados Indignados Esperanzados no sirva sólo de consuelo, sino que sea descubierta, a su propia manera, por cada persona consciente, es el sentido de la lucha de estos Seres Humanos con coraje civil, que han dicho ¡basta! y que no están dispuestos a darse por vencidos, y que se obligan una y otra vez a demostrar, y, a hacer indiscutiblemente evidente, a despecho del orweliano presente, el reino del Ser Humano y de los valores del espíritu.
“Cuando hay muchos individuos sin decoro, hay siempre Seres Humanos que tienen en sí el decoro de muchos”. Los pragmáticos contemporizadores sobreviven intensamente su mediocracia, en la cual, la indignidad social es la ley…
Prof. Moreno Peralta