Un grupo –más bien un conjunto- de extremistas descalabró la mesa de diálogo, cuyo éxito esperaba buena parte de los chilenos. Los ultras actuaron como siempre lo han hecho.
Un buen porcentaje de ellos actuó en el pasado reciente en un gobierno que eliminó el diálogo. Prácticamente todos ellos apoyaron las acciones criminales que inició, con capucha, el llamado encapuchado del Estadio Nacional.
El principal de los extremistas, un sujeto de más de 60 años, muy conocido por sus acciones económicas extremas, señaló: si yo hubiera sido en mi vida partidario del diálogo nunca hubiera hecho lo que hice con el Banco de Talca o con las tarjetas de crédito. Tampoco habría actuado como lo he hecho en
Otro extremista es el ex ministro de la cartera, un sujeto de apellido Lavín, que ahora anda preocupado que a los viejitos no les quiten plata los parientes. Cuando él estaba en el gobierno de Pinochet fue partidario de que a los viejitos les bajaran las pensiones y les robara directamente el Estado. El gobierno en que estuvo no dialogó con nadie. Mató, torturó y encarceló. Este sujeto, usando prácticas similares a las de los que funcionan con pasamontañas y encubriéndose, logró hace unos años que su libro “La revolución silenciosa”, en apoyo a Pinochet, fuese financiado por todos los chilenos. 10 mil ejemplares del libro fueron cancelados a Zig Zag por
Un tercer extremista es el actual ministro de la cartera, que proviene de una distinguida familia de abogados y tiene el apellido de un ex jefe de Estado, triunfador en Yungay. Su abuelo, acusado, entre otros por Frei Montalva en el Congreso por la internación fraudulenta de autos Volvo por Valparaíso, fue conocido con la chapa de “Marqués Volvo”. El ministro asumió la cartera abruptamente y sabiendo muy poco de educación, aunque es profesor universitario y dice cubierto y no cubrido y longevo y no lóngevo, lo que parece llenar de admiración a su jefe. Más de alguna vez, para justificar su frescura, ha dado a entender que una educación gratuita lo único que hace es favorecer a los ricos, impactando a los especialistas de
Un cuarto ultra era ya famoso por haber trabajado como escolta del más conocido criminal criollo y manifestar que está orgulloso de lo que fue su pega. Personas decentes han declarado que fueron torturadas por equipos en que este sujeto habría participado. Actualmente maneja el poder en una conocida población de Santiago, en la que muchos han sido detenidos por asaltar bancos, utilizar alunizajes y consumir drogas. Poco antes que la mesa de diálogo cayera partida en pedazos copó un colegio de niños, utilizó la represión contra ellos y se mostró partidario de no dar matrícula a jóvenes de otros vecindarios que tradicionalmente han estudiado en su población. Levantó voces críticas incluso en sus cercanos. A pesar de su evidente sobrepeso él reitera que está en tan buenas condiciones físicas como cuando fungía de edecán del dictador.
Después de estas acciones extremistas muchos han recordado en Chile el verso de Neruda: “Ultras de la derecha y de la izquierda, váyanse todos a la misma mierda”.