Noviembre 28, 2024

Torpedo

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paro_iceiInstrumento inteligente que todo estudiante sabe manejar y construir y ajustar. Cifra lúcida y veloz de lecturas y escrituras que puede traducirse en sentencia, enunciado, figura y ejercicio certero. Breve ingenio clandestino que el estudiante cimarrón domina, pero la anquilosada autoridad entorpecida no logra ver ni comprender. Tal gozoso compañero de cimarras da carrete a volantines con hilo curado que en las comisiones dejan a profes y directores rutinarios sumidos en invencible torpor.

 

 

 

 

El profe avispado, director o ministro pedagógico, puede extraer de su memoria profunda un remedo de prueba o ejercicio o certamen y planteárselo a los estudiantes reunidos en asamblea como acertijo de dificultosa resolución.

 

Pez cargado de potencial eléctrico. Apodo de Sócrates, el filósofo platónico, también llamado “tábano”, quien descargaba su ironía en los sabihondos ignaros y producía aquel estado que en latín se dice torpedo (estado de estupefacción, como la estupidez o imbecilidad que hoy en día puede observarse entre las autoridades gobernantes de Chile, esa aletargada torpeza que el torpedo estudiantil les ha inoculado irremediablemente).

 

Máquina de guerra susceptible de enviarse como misil destructivo, terrestre, marino y submarino. Dispositivo armado para activarse en un tiempo sucesivo. Tal máquina de guerra, tal dispositivo explosivo se encuentra activo y peligroso en el subterráneo de Chile. Se le ha llamado “el modelo”. Se trata del sistema económico-político establecido por el Régimen Militar en 1980-1981, protegido y sostenido por los gobiernos transitorios hasta el presente. ¡Este torpedo está a punto de explotar! ¡Cuidado! ¡Háganse a un lado gendarmes, ministros y senadoras!

 

Torpedo contra torpedo. ¡Chaqueta por chaqueta! En la lucha de clases suele, por moderno y novedoso, prevalecer el torpedo estudiantil sobre el mohoso y burocrático torpedo ministerial.

 

En tal cuita, comparable con el actual caso del paro educacional y político de Chile, que es un paro cardíaco, en este tránsito o trance de invierno y primavera, los ministros, alcaldes y profes recalcitrantes se ven obligados a retomar las clases, a regresar al aula para intentar, en último recurso, reforzar sus conocimientos y habilidades, no tan sólo en la regla de tres y en el uso y abuso del adjetivo (éste, no lo olvidemos, cuando no da vida mata), sino ante todo en política y moral, no menos que en el significado exacto del vocablo castellano “lucro”.

 

¡Que vuelvan a clases el gobierno, los ministros y los diputados! ¡A ver si aprenden de una buena vez que la verdadera educación es alta política y de calidad! ¡Que toda auténtica política es pública, es de todos! ¡Que en esta primavera, como en todas, lo que está en juego es la vida, la mejor vida de todos!

 

 

MIGUEL VICUÑA NAVARRO

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