Cada día que pasa comprueba el error de la derecha al haber asumido la tentación ególatra de Piñera para ser Presidente de Chile. Como nunca, los grandes empresarios echarán de menos a
Con nostalgia, recordarán los encuentros de
Qué años más productivos aquellos cuando las instituciones que debían velar por defender a las gentes más desvalidas, miraban para otro lado y dejaban hacer.
Fue un tiempo que dejó las mayores ganancias de la historia para los empresarios y los multimillonarios.
Las cárceles pasaron a engrosar los dominios de los grandes empresarios y las carreteras, el dial de las radios, los goles del fútbol, las riquezas mineras, el agua, el subsuelo, las semillas, y todo cuanto signifique alguna ganancia para lo que siempre ganan.
En fin, la traición de
En ese contexto, la ascensión de Piñera a la presidencia fue un error estratégico del que los millonarios se estarán arrepintiendo.
El tranco torpe de la derecha en una función que le es ajena en razón a sus características genéticas, genera molestias en aquellos acostumbrados a ganar al amparo de la tranquilidad social ofrecida por Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet.
Muchos dueños de universidades y de la industria de la educación particular, estarán reclamando por la falta de diligencia presidencial para detener las amenazas a sus negocios. Echarán de menos la diligencia de
La gestión de Felipe Harboe al mando de la represión y los operadores que cooptaron a los líderes de los estudiantes de entonces serán recordadas con nostalgia.
Es que el tema de las movilizaciones de los estudiantes no es para tomarlas así como así no más. Los muchachos pueden hacer que la cosa se complique aún más, si a sus propias exigencias se les suma el malestar de los portuarios, de los ecologistas, de sectores de trabajadores, de los estafados con el retail y con el transantiago, los usuarios del sistema público de salud, los damnificados condenados a vivir la vida en viviendas provisorias y a muchos más que estarán al aguaite.
Como han aprendido durante generaciones, nada hace tan mal a los negocios como las movilizaciones sociales. Y nada tan inútil como un colega millonario haciendo de presidente sin más necesidad que las que fluyen de una personalidad cruzada por una egolatría monumental. Peor aún, con un gabinete compuesto por las más disímiles expresiones de la derecha: desde un torpe lavín, hasta un tenebroso Hinzpeter.
La derecha más derecha, esa que vive detrás de las grandes fortunas, los cuarteles y las iglesias fundamentalistas, no va a arriesgar la obra fundacional de
Por lo tanto, el movimiento popular que se ha expresado con vigor en estas semanas, debería aumentar su nivel de peligrosidad y proponerse objetivos políticos mayores, por sobre los límites que impone el juego tramposo del sistema.
Convencidos que soluciones de la profundidad de las que exige el movimiento no tienen viabilidad en los márgenes constitucionales actuales, se hace necesario que el movimiento popular se proponga la conformación de un movimiento tal, que en breve amenace al sistema allí donde le complica, donde se genera el poder político: las elecciones.
Antes que los vivos de siempre capitalicen a su favor la energía de las movilizaciones, las organizaciones sociales y políticas que apoyan cambios de verdad, debería proponer un movimiento popular que en breve sea capaz de meterse en las elecciones y ganar todas las necesarias.
Y una vez conquistados los espacios de poder político, impulsar los cambios que sólo pueden hacerse a partir de entonces, entre otros, el de