Diciembre 27, 2024

¿Por qué no proponerse la creación de un Giga Movimiento?

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protestasabado270xA juzgar por lo que aparece en la prensa, el almuerzo entre la Concertación y el gobierno no fue suficiente para detener las protestas. Quizás el loco & conejo del menú no definen un maridaje adecuado para esos objetivos.

 

 

 

 

En las oficinas secretas del Ministerio del Interior se estarán evaluando cursos de acción para desinflar a la brevedad la efervescencia social. Los dirigentes estudiantiles estarán siendo investigados hasta varias generaciones de ancestros y se estarán ensayando operaciones encubiertas que hagan juego con la situación.

 

Descartada la opción que les hace salivar, guanacos, palos, gases, buscarán alternativas entre sus socios en el parlamento usando para el efecto otros almuerzos, onces y cócteles, aún cuando las verdaderas negociaciones y acuerdos nunca se conocerán  por el gran público.

 

Las operaciones clandestinas estarán siendo monitoreadas por esos audaces de la investigación arrendados para el efecto de detener las movilizaciones y la delincuencia, ambas sinónimos en el lenguaje del régimen. Nadie piense que la derecha, sobre todo cuando la UDI hace esfuerzos por tomarse el gobierno, se va a quedar tranquilo.

 

Mientras tanto, quienes deberían tener una propuesta que ofrezca una salida verdadera, parecen vivir en el topos uranos, y no en este campo de flores bordado.

 

Ya no digamos la dirigencia de la CUT, preocupada como anda de querellas por razones gastronómicas, sino la izquierda pulverizada, lenta y glutinosa.

 

Resulta increíble que en momentos de tensión, con La Polar por las cuerdas, con riesgos de una corrida en el centro mismo del sistema, con la privatización del agua en sus tramos finales,  con los estudiantes pidiendo más Estado y menos lucro, no exista una idea que apunte hacia soluciones de fondo.

 

La pregunta es, ¿cómo y en qué van a terminar las movilizaciones de los estudiantes? ¿Qué definirá el triunfo o la derrota de esas jornadas de pelea callejera? ¿Qué habrá de nuevo al otro día una vez calmadas las aguas del guanaco y sosegados los gases del zorrillo?

 

Ni la Concertación ni la derecha tiene respuesta que satisfaga las aspiraciones profundas que los estudiantes ponen en el centro. No podrían hacerlo si son partes necesarias de un sistema que funciona por la existencia de uno y otros. A lo sumo, bueyes que no se dan cornadas, resucitarán cachetadas de payasos, enfrentamientos ficticios, desavenencias de papel, para parecer distintos. Pero, desde el punto de vista del sistema, son iguales.

 

Y, si la cosa se comienza a poner algo inmanejable, coincidirán en la necesidad patriótica de hacer esfuerzos por escuchar a la gente y acceder a sus demandas. Para el efecto, nombrarán comisiones de notables que se constituirán para proponer, años después, cambios en la legislación, las que obvio, resultarán peores que las existentes ahora.

 

Por esos días, la izquierda llamará a una asamblea para intentar la creación de un movimiento que resuelva el problema programático y unitario.

 

La situación que se está creando con las movilizaciones de los estudiantes necesita una solución de continuidad. El paro perpetuo no existe, ni mucho menos, un cambio en el sentido que exigen los estudiantes. Se ha repetido hasta el hastío lo que pasó con la LGE y la LOCE. Y todo apunta que esa es una solución que puede ser reeditada.

 

Es en este punto donde se desdibujan, o se extrañan, los objetivos que estas legítimas movilizaciones deberían tener. Convencidos que dentro de los actuales límites que impone el sistema político no habrán soluciones de fondo, si acaso habrá superficiales,  los estudiantes, y quienes se atrevan de los trabajadores, deberían ponerse como objetivos de las movilizaciones cuestiones políticas que de verdad urjan a los administradores del sistema.

 

Los analistas que operan en las sombras saben que una vez que se acaben las marchas, agotadas por la extraña contradicción entre exigencias legítimas y objetivos inalcanzables, todo volverá a la misma normalidad que se arrastra hace tanto.

 

El régimen sabe que es una cuestión de tiempo y de buscar aliados para detener la cosa, convencidos que si hay a quienes no les sirven estas movilizaciones, es a la Concertación. Y que de cierta manera al sistema sólo le inquieta en el sentido del orden público, en la medida que sigan sin acertar en objetivos que los pongan incómodos de verdad.

 

Si la gente movilizada se propusiera levantar un gran movimiento que partiera por disponer de sus organizaciones sociales para disputar el poder político donde se reproduce el sistema.

 

Si a ese proyecto concurren los partidos, movimientos, colectivos, personas de izquierda que quieran, a condición de suscribir un pacto vinculante y se transforme en el objetivo de toda  movilización de aquí en adelante.

 

Si la izquierda asumiera que levantar un movimiento amplio, grande, ancho, profundo, en el que quepan todos a condición de aceptar métodos democráticos de participación

 

Si se promoviera una movilización gigante que definiera por vías democráticas, es decir, participativas, abiertas, transparentes, quienes serán los candidatos a cualquier cosa

 

Si el programa de alcaldes, concejales, senadores, diputados y de gobierno, tuviera como ejes centrales todas aquellas cosas por las cuales la gente reclama hoy

 

Si ese gran movimiento ciudadano, popular, con un sólo objetivo, ganara una buena cantidad de alcaldías, de concejales, diputados y senadores y se propusiera levantar una candidatura presidencial apoyada por todos quienes impulsan estas movilizaciones.

 

Entonces otro gallo comenzaría a cantar.

 

 

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