Noviembre 14, 2024

Eduardo Gallo: “La Ley de Seguridad Nacional convertía al frágil Estado de derecho en dictadura”

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eduardogalloCuernavaca.- En entrevista con Clarín.cl Eduardo Gallo, habla desde la Marcha Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad: “No podemos pensar todo el tiempo en términos de guerra y muertes, tenemos que pensar en un país diferente, en un país de paz, de construcción y desarrollo”. Junto a Javier Sicilia, Emilio Álvarez Icaza, Julián Le Barón y otros activistas por los derechos humanos, lograron frenar la Ley de Seguridad Nacional: “Lo que buscaba el PRI era legalizar la actuación del Ejército en labores de policía que no le competen, para darle una serie de facultades y privilegios. Era una Ley que convertía al frágil Estado de derecho en Estado dictatorial”

 

 

El 9 de julio de 2000, su hija Paola Gallo (de 25 años) fue secuestrada en el poblado de Tepoztlán (Morelos), una década después, don Eduardo aporta la experiencia para no cometer los mismo errores: “Las marchas anteriores –de 2004 y 2008- se quedaron en eso, en marchas; no prosperaron como movimientos sociales, sólo se logró subir a la agenda nacional el tema de la inseguridad. Por otro lado se hicieron pactos que no se cumplieron, porque fueron imposiciones disfrazadas de pactos, de tal suerte que la Secretaría de Seguridad Pública Federal diseñó los diferentes puntos del clausulado y cuando recolectó las firmas nadie se sintió comprometido, el gobierno federal incumplió parte de los acuerdos que ellos habían redactado y otros se sintieron con la libertad de incumplir, se multiplicó el incumplimiento y los perjudicados fuimos nosotros, la ciudadanía”.  

 

MC.- ¿Por qué decidió acompañar al poeta Javier Sicilia en la Marcha Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad?

EG.- Tenemos amigos en común Javier Sicilia y yo, teníamos cierta cercanía desde hace tiempo, hemos dialogado, yo ya pasé por la tragedia de perder a una hija –secuestrada y asesinada-, así que tengo una experiencia en el manejo del dolor y sé lo que Javier estaba enfrentando, por esa razón decidí acercarme e involucrarme en la Marcha Nacional; mientras avanzamos en la discusión encontramos coincidencias –tal vez tenemos diferencias en temas de apreciación-, desde hace un año vengo criticando la pésima estrategia de la guerra contra el narcotráfico, en cada evento al que fui invitado para dialogar con el presidente Felipe Calderón dije que la violencia se detona a partir de la propia violencia del Estado, si bien es cierto que los delincuentes son violentos, sus crímenes: asesinatos y secuestros los incrementan en función de las circunstancias del fracaso y corrupción del gobierno federal, estamos cayendo en un círculo vicioso y han sido asesinadas 40,000 personas en lo que va del sexenio de Calderón.

 

MC.- ¿Qué otros temas están debatiendo con Javier Sicilia, con la familia Reyes y con Julián Le Barón?

EG.- Hemos conversado de otros temas fundamentales, que van quedándose rezagados en nuestro país, cada vez son más agudos los problemas de educación, cada vez es más difícil para los jóvenes conseguir un empleo, cada vez salen peor preparados de las escuelas, cada vez los salarios son menos dignos, cada vez nuestra democracia está más amenazada por los partidos políticos y no se toman en cuenta a los ciudadanos; hemos conversado y analizado hasta llegar al consenso de que si teníamos puntos de acuerdo teníamos que navegar en el mar de coincidencias para tratar de encontrar a otras personas con las que compartamos preocupaciones y puntos.

 

MC.- ¿Por qué encontraron en un poeta al mejor interlocutor para multiplicar las voces de las víctimas?

EG.- Javier Sicilia se expresa a base de simbolismos que te dan una comprensión profunda y sensible del tema, yo soy más técnico con el lenguaje legal, él está enviando un gran mensaje, devolviéndole la dignidad a la palabra, se despertó un movimiento hacia la conciencia. Muchos intentamos despertar la conciencia del país, pero desde aspectos legales, con frases fuertes, con cifras e indicadores del contexto, pero los poetas lo expresan de otra manera y el pueblo lo percibe muy bien, eso es lo que importa.

 

MC.- ¿Qué experiencias aportará para no cometer los errores de otras marchas por la paz y las fallas de la ONG donde usted trabajó?

EG.- Tenemos que prestar atención a muchos aspectos, las marchas anteriores –de 2004 y 2008- se quedaron en eso, en marchas; no prosperaron como movimientos sociales, sólo se logró subir a la agenda nacional el tema de la inseguridad. Por otro lado se hicieron pactos que no se cumplieron, porque fueron imposiciones disfrazadas de pactos, de tal suerte que la Secretaría de Seguridad Pública Federal diseñó los diferentes puntos del clausulado y cuando recolectó las firmas nadie se sintió comprometido, el gobierno federal incumplió parte de los acuerdos que ellos habían redactado y otros se sintieron con la libertad de incumplir, se multiplicó el incumplimiento y los perjudicados fuimos nosotros, la ciudadanía. No vimos en su momento que el Pacto de Felipe Calderón era una imposición, ya tenemos esa experiencia, ya vimos cómo actúan para bloquearnos el gobierno inventa 29 comités y te invitan a 25 comités para programarte 3 reuniones al día, para atiborrarte y no digas que no se hace nada para combatir la inseguridad. El gobierno federal y las administraciones locales intentan cooptar a cada ONG, recuerdo que en el 2004 decían: “vengan a Veracruz para que vean cómo solucionamos la inseguridad, les enviaré un avión privado”, yo nunca abordé un avión de ningún gobierno, pero otras organizaciones sí los tomaron, sí viajaban en el avión del gobernador y los hacían sentir útiles, mediante la cooptación. Ahora podemos distinguir a las organizaciones serviles y a las organizaciones civiles que no se dejan cooptar, yo siempre digo lo que pienso y sabemos quiénes por compromiso no dicen las cosas, para seguir quedando bien con el gobierno. Es bueno saber quién es quién, porque tienes la certeza de construir con los que sí participan y no tienen compromisos con los gobernantes, es bueno conocer las áreas de especialización de las organizaciones con las que sí puedes colaborar.         

 

MC.- ¿Debemos tomar en cuenta a las autoridades omisas?, lo pregunto porque el gobernador Marco Adame Castillo dijo que adhería al Pacto de Javier Sicilia, omitiendo que el poeta exige la renuncia del gobernador y alcalde por incompetentes… 

EG.- Algunos panistas no saben de lo que están hablando, tú decías que el gobernador se suma al Pacto Nacional convocado por Javier Sicilia y los políticos afirman: “estamos de acuerdo con lo que la ciudadanía plantea”, entonces: ¿están de acuerdo que sus gobiernos no sirven? (risas); salen con discursos tratando de quedar bien, pero si analizas lo que dicen los políticos piensas: “este burro no rebuznó porque no se sabía la tonada” (risas). Eso pasa con mucha frecuencia, sobre todo en gobiernos locales. 

 

MC.- ¿Cuáles eran las observaciones puntuales que hicieron -Javier Sicilia y usted- a la Ley de Seguridad Nacional?

EG.- La Ley de Seguridad Nacional lo que buscaba era legalizar la actuación del Ejército en labores de policía que no le competen, para darle una serie de facultades y privilegios. No podemos legalizar lo ilegal, no podemos pensar todo el tiempo en términos de guerra y muertes, tenemos que pensar en un país diferente, en un país de paz, de construcción y desarrollo. Nadie asumía la responsabilidad del documento legislativo que circulaba, el Senado envió una iniciativa a la Cámara de Diputados en junio de 2010, ahí se asignó a 5 comisiones: Derechos Humanos, Seguridad, Justicia, Defensa Nacional y la de Gobernabilidad, las comisiones legislativas de Derechos Humanos, Justicia y Seguridad se deslindaron de dictaminar, declinaron –pero para declinar tienen 5 días hábiles, no 11 meses-; fuimos a ver a los diputados de la Comisión de Defensa Nacional que no habían dicho nada, “nosotros no conocemos el proyecto de Ley de Seguridad Nacional”, tuvimos que regalarles las fotocopias del documento con la Ley de Seguridad Nacional, era demasiada ignorancia, así que al día siguiente en una reunión les expliqué: “el proyecto de Ley de Seguridad Nacional lo está elaborando el diputado del PRI Alfonso Navarrete Prida, que es el presidente de la Comisión de Presupuesto que nada tiene que ver con esto y los que están declinando son diputados del PRI del Estado de México y los 3 trabajan para el gobernador Enrique Peña Nieto”, no legislan para la ciudadanía, sólo les interesan los temas electorales y jaloneos partidistas, así que propusimos discutir la parte técnica, para iniciar no es posible legalizar las nuevas funciones del Ejército: entrar a las casas sin orden de cateo emitida por un Juez, la intervención de comunicaciones telefónicas y mucho menos es posible que el Presidente de la República declare “estado de excepción” sin ningún límite, que no comparta la responsabilidad con otro poder de la unión, el Ejército no es una ficha de dominó que se mueve al capricho del presidente, el Ejército no está previsto -en la Constitución de la República- que haga patrullajes policíacos. La Ley de Seguridad Nacional pretendía atropellar los derechos humanos por el hecho de la sospecha, les permitía retenerte y detenerte sin orden judicial, se hablaba de una Fuerza Militar permanente, pero los derechos humanos no están sujetos a negociación.

 

MC.- ¿Era una “Ley Patriótica” al estilo George Bush?, ¿el PRI asumió la paternidad de la Ley de Seguridad Nacional?

EG.- Era una Ley que convertía al frágil Estado de derecho en Estado dictatorial; no asumieron la paternidad intelectual de la Ley de Seguridad Nacional, la diputada del PRI Claudia Ruiz Massieu dijo que sí se tenía que discutir la Ley para aprobarla a como diera lugar, cuando lo analizas objetivamente resulta que si Peña Nieto lograba que se aprobara la Ley de Seguridad Nacional tendría los favores del Ejército y podría gobernar tranquilamente, convirtiéndose en un dictador con el apoyo de las Fuerzas Armadas. Pero al regresar la iniciativa al Senado, Manlio Fabio Beltrones hubiera tenido que cargar con el peso de la negociación con el Ejército, quedando mal ante las Fuerzas Armadas en sus aspiraciones presidenciales. A los legisladores les quedó claro que nosotros entendimos lo que pretendían hacer, en el PRI querían congratularse con el Ejército y logramos frenar -por el momento- la Ley de Seguridad Nacional.

 

MC.- El epicentro de la violencia parece ser Ciudad Juárez, por las desaparecidas, los levantones y escuadrones de la muerte, ¿cuál es el simbolismo al trasladar la Marcha Nacional desde Cuernavaca a Ciudad Juárez para convocar un Pacto Nacional?  

EG.- No quisiera ver a Ciudad Juárez como el epicentro de la violencia, porque ya no existiría; pero sin duda es la ciudad que individualmente ha sufrido los mayores embates de la inseguridad, de la impunidad, de la corrupción, por eso, porque las personas que habitan Ciudad Juárez han pagado un precio demasiado alto por seguir viviendo ahí, tenemos que darle un reconocimiento a la ciudad y mover las conciencias para exigir que no vuelva a suceder nunca más.

 

MC.- La Marcha Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad ha contado con una gran cobertura mediática, vemos a teleSUR, CNN, Univisión, Telemundo y a los corresponsales de la prensa escrita, ¿han iniciado el contacto con organismos internacionales de derechos humanos?,  

EG.- Déjame apuntar algo, tenemos cobertura de los medios internacionales, pero prácticamente parecía que el tema de la Marcha Nacional estaba vetado, prácticamente no salió en Televisa o TV Azteca, sólo algunas menciones en Milenio Televisión. A veces les funciona al revés, hemos dicho ellos pueden tener el control de los medios, pero nosotros tenemos las redes sociales, finalmente la convocatoria a la Marcha Nacional –en 37 ciudades del país y 14 en el extranjero- se difundió a través de las redes sociales. Demostramos que a pesar de que ellos decidan que no, podemos darle la vuelta. Mario, me preguntaste sobre organismos de derechos humanos a nivel internacional, te diría que no hemos tenido tiempo para contactarlos, la verdad es que la velocidad aquí es impresionante. Por razones anteriores yo sí he tenido oportunidad de conversar con expertos mexicanos en derechos humanos que trabajan en Tribunales Internacionales, incluso cuando yo trabajaba en una ONG planteé la conveniencia de consultar la opinión de los expertos para conocer si teníamos posibilidades de recurrir a instancias internacionales para parar el baño de sangre, pero veíamos que la respuesta en los organismos internacionales es muy lenta, se tienen que reunir elementos y transcurrir un año antes de que admitan una queja y probablemente pasarán dos años antes de que existan una resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; analizamos la posibilidad de recurrir al Parlamento Europeo, donde el trámite es más rápido y el efecto es que se suspende el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, estudiaremos cómo lograr una condena y la reparación del daño, no lo descarto, lo analizaremos el próximo mes para aprender a sumar.

 

MC.- Finalmente, ¿los caminantes y dolientes de la Marcha Nacional serían los cimientos de una Comisión de la Verdad?

EG.- Nos interesa saben quiénes eran las víctimas y por qué murieron; para el gobierno es muy fácil catalogarlos como “daños colaterales” o decir: “son homicidios vinculados a la delincuencia organizada”, pero eso no los hace delincuencia, no sólo el crimen organizado tiene armas de alto poder, también están armados los dueños de fundos y ejidatarios, así que cabe la posibilidad de homicidios por conflictos de tierras u homicidios sentimentales, pero las autoridades no están investigando, recurren a la “patente del crimen organizado”. Tenemos que identificar a las víctimas, sus historias, sus nombres y apellidos, identificar quién los asesinó y el móvil, los supuestos mensajes del narcotráfico pueden ser para desviar la atención, vamos aclarando todos los puntos.

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