El próximo 13 de abril, la Universidad Complutense de Madrid irá a segunda vuelta en las elecciones de Rector. Esto, debido a que en las votaciones del pasado 6 de abril (http://eleccionesrector2011.ucm.es/sector.html) los casi 20.000 votos de estudiantes, profesores y personal de administración y servicios no resolvieron por mayoría a una opción entre los seis candidatos.
Sí, extrañamente, para elegir a su rector, en la Universidad Complutense de Madrid los estudiantes también votan, como en Chile luego de un proceso que comenzó hace 40 años. El 25 de mayo de 1961 la Federación de Estudiantes de la Universidad Técnica del Estado (UTE) inició una campaña por la Reforma de la UTE que conllevó a que entre 1967 y 1971 casi todas las universidades existentes eligieran democrática y triestamentalmente a sus autoridades. Ese proceso fue conocido como la Reforma Universitaria, y recordado bajo el emblema “El Mercurio miente” plantado en el frontis de la Pontificia Universidad Católica.
Hace un tiempo, diversas Federaciones de Estudiantes han planteado una nueva reforma a la Educación Superior. Fruto de ello, el pasado 28 de Marzo la Confech presentó a los parlamentarios la urgencia y los motivos que se concentran principalmente en que la Educación Superior, en su esencia, aun se rige por la LOCE, manifiesta la reproducción de un sistema de desigualdad y es fuertemente no democrática en su toma de decisiones y derecho a agrupación.
Sobre esto último, desde su creación en 1981 la LOCE es explicita: “la forma de gobierno de la nueva entidad deberá excluir la participación con derecho a voto de los alumnos y de los funcionarios administrativos, tanto en los órganos encargados de la gestión o dirección de ella, como en la elección de las autoridades unipersonales o colegiadas”
La LOCE no contempla una Educación orientada a formar ciudadanos responsables en el ejercicio democrático y el bienestar social. Menos aun, como un elemento liberador y emancipador. O si quiera como parte de un proyecto de profundización democrática y participativa orientada a formar sujetos libres, críticos, solidarios y comprometidos.
Exceptuando, la experiencia del Senado Universitario de la Universidad de Chile. Hoy en nuestras universidades no es posible, desde la práctica efectiva, la construcción colectiva y la resolución común, racional y democrática, de conflictos bajo la asunción colectiva de responsabilidades conjuntas dentro de la comunidad universitaria.
Prueba de ello, es la situación en que hoy se encuentran los estudiantes de la Universidad Central, que no han podido hacer más que realizar un paro de actividades para dar cuenta de su malestar ante los nuevos propietarios de la institución a la que pertenecen. Y más aún, la situación que hoy vive un estudiante de la Universidad Alberto Hurtado (UAH), quién ha sido llevado a un proceso sumario –cuyas sanciones pueden significar desde la amonestación a la expulsión- por organizar un foro informativo sobre el denominado “caso bombas”.
En el segundo caso, la Universidad considera legítimo sancionar a un estudiante por el hecho de organizar un foro tendiente a denunciar el encarcelamiento por parte del Estado chileno contra jóvenes organizados en casas Okupa. Donde las arbitrariedades cometidas por el Estado han sido públicamente acreditadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Invocando resquicios administrativos, la UAH hace eco de una vergonzosa política de Estado alejando todo principio de igualdad y libre expresión de ideas, que deben ser el centro de la discusión universitaria.
Al respecto, en su informe sobre Educación Superior del 2009, la OCDE concluyo y recomendó que el proceso de toma de decisiones corporativas en las universidades debería ser perfeccionado y “el Consejo unánimemente recomendó el establecimiento de una agencia independiente para proteger los derechos de los estudiantes” (OCDE 2009:306).
Sin embargo, en Chile pareciera que no solo es imposible lograr que toda la comunidad resuelva democráticamente aquello que es común en universidades como la Complutense de Madrid. Sino también, poder pensar en nueva Educación Superior como un espacio en donde los estudiantes juegan un rol central, tanto estudiantes objeto de derechos y de deberes. Como desde la crítica, la propuesta y la toma de decisiones.
Jonathan Serracino. (@jserracino)
Presidente Federación de Estudiantes Universidad Alberto Hurtado 2009.