Pese a los aires triunfalistas de la coalición de miembros de la OTAN para atacar Libia, crece hoy la incertidumbre sobre cuando llegará el fin de las acciones contra ese país del norte de África.
La víspera un alto militar estadounidense llamó al Ejército libio a dejar de obedecer al líder Muamar el Gadafi, en momentos en que los aliados no terminaban de ponerse de acuerdo sobre los próximos pasos.
Incluso, el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, admitió que nadie puede predecir un “claro final” de la agresión occidental.
“Pienso que hay varias salidas posibles aquí (en el conflicto en Libia) y nadie está en posición de predecirlas”, señaló Gates en El Cairo.
Según su opinión, un desenlace previsible es que El Gadafi, sufra deserciones de militares y políticos de su entorno de gobierno o dentro de su propia familia.
Gates advirtió que “nadie nunca tuvo la ilusión de que el asalto duraría sólo dos o tres semanas”.
Por lo pronto, el director del Personal Conjunto en el Pentágono, el vicealmirante William Gortney, manifestó que están “trabajando mucho desde el brazo militar para estar preparados para ceder el liderazgo de esta operación a una estructura de mando de la coalición tan pronto como este fin de semana”.
Mientras tanto, los aliados occidentales lanzaron nuevos ataques aéreos contra objetivos en la nación árabe, en un momento en que los países de la OTAN alcanzaban un acuerdo para asumir el comando militar de las operaciones.
Según un balance provisional comunicado por un portavoz del gobiernolibio, Musa Ibrahim, los bombardeos de la coalición causaron cerca de 100 muertos entre los civiles desde el comienzo de la ofensiva el 19 de marzo.
También a la incertidumbre sobre el fin de las hostilidades se suma la amenaza de hambruna para la población civil en territorio libio.
De acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), es inminente una crisis humanitaria en el país árabe como consecuencia de los bombardeos de la OTAN.
Para Etefa Abeer, portavoz del PMA, cada vez se dificulta más el acceso a los alimentos en la zona beligerante por el cierre de las tiendas expendedoras.