Las revueltas en Libia se habrían iniciado estimuladas por la onda expansiva de las rebeliones populares en Túnez y Egipto, países vecinos. Pero se han trasformado rápidamente en guerra civil pues Gaddafi conserva Trípoli, la capital, y al parecer cuenta con una base de apoyo político y militar, erosionada pero relativamente estable y cierta capacidad de contrataque, mientras en los combatientes de la oposición se observa resolución, ímpetu ofensivo y al menos el firme control de Bengasi, segunda ciudad en importancia. El fermento de los actuales acontecimientos tendría sus raíces en la aplicación de las políticas neoliberales por Libia, que a su vez llevaron al descontento de importantes sectores de la población por encima de diferencias tribales y a la muerte de civiles inocentes desde que se iniciaron las protestas.
En todo caso, es necesario realizar un estudio a fondo sobre el curso de la campaña mediática desde que se desencadenara el conflicto puesto que ha logrado cuando menos crear confusión en la opinión pública y, por lo tanto, hacer difícil su movilización para impedir la injerencia imperialista. El objetivo central de Washington, como denunció tempranamente Fidel Castro, es amenazar a la revolución árabe ocupando Libia, además de lograr el control sobre sus ricos yacimientos de hidrocarburos. Gaddafi, siguiendo el hilo de la campaña, ha pasado de un día para otro a ser la encarnación misma del demonio después de colmársele de elogios, en especial luego del 11 de septiembre de 2001, por Condoleeza, Aznar, Zapatero, Berlusconi et al, hasta el FMI, a partir de que en una ruptura con su pasado antimperialista decidiera sumarse a la guerra contra el terrorismo
e iniciar la ola de privatizaciones que comenzó el desmantelamiento del robusto sector público de su país. Las campañas de mentiras y exageraciones son clásica previas a una intervención militar, pues como ha dicho Barack Obama todas las opciones
están sobre la mesa. Nada más parecido al preludio de la invasión de Irak.
Pese a sus contradicciones con los intereses en Libia de la Unión Europea y, sobre todo, de Rusia y China, Estados Unidos está armando un andamiaje diplomático que le permita realizar esa intervención con o sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU. Por lo pronto, se sigue insistiendo por los líderes europeos con la aquiescencia de Obama en establecer la famosa zona de exclusión aérea, que como ha declarado Robert Gates, jefe del Pentágono, exige bombardear posiciones libias. Sin contar que ya la han pedido el opositor Consejo Nacional Libio y la Organización de la Conferencia Islámica, ésta aclarando paradójicamente que se pronuncia contra cualquier intervención extranjera. También rechazan la intervención los miembros de filas de la oposición pero han sido contradictorias las declaraciones de sus líderes, algunos de los cuales ya aceptan cooperación militar de otros países.
La situación en Libia es confusa en parte pero una valiosa ayuda para encuadrarla en su contexto es la lectura de las seis Reflexiones de Fidel sobre los acontecimientos en el mundo árabe. Cito fragmentos de la última:
“La revolución en el mundo árabe, que tanto temen Estados Unidos y la OTAN, es la de los que carecen de todos los derechos frente a los que ostentan todos los privilegios, llamada… a ser más profunda que la que en 1789 se desató… con la toma de La Bastilla
“A partir de la crisis en Libia, la extracción en Arabia Saudita se elevó en un millón de barriles diarios… los ingresos de ese país… se elevan a mil millones de dólares diarios.
“Son conmovedores los relatos de las condiciones de vida de muchos trabajadores (sauditas)… que se ven obligados a trabajar 13 y 14 horas con salarios miserables.
“Lo peor para el estatus quo de los sectores privilegiados es que los… hechos están coincidiendo con un considerable incremento de los precios de los alimentos y el impacto demoledor de los cambios climáticos, mientras Estados Unidos… gasta 40 por ciento (del maíz) subsidiado y una parte importante de la soya en producir biocombustible para… los autos…
“El presidente… Hugo Chávez realiza un valiente esfuerzo por buscar una solución sin la intervención de la OTAN en Libia. Sus posibilidades de alcanzar el objetivo se incrementarían si lograra la proeza de crear un amplio movimiento de opinión antes y no después que se produzca la intervención, y los pueblos no vean repetirse en otros países la atroz experiencia de Irak.”