El ministro de Justicia, Felipe Bulnes, junto al vicepresidente de la República, Rodrigo Hinzpeter, presentó esta mañana en La Moneda cuatro propuestas que tienen como fin aliviar el actual hacinamiento en las cárceles chilenas y romper con el círculo vicioso del delito.
Según señalaron los ministros, el objetivo de esta propuesta, que no califican como indulto, es que sólo los delincuentes más peligrosos estén en las cárceles.
Para eso, la primera medida es no sancionar con cárcel a las personas que no tengan recursos para pagar las penas de multas en dinero, sino con un trabajo a la comunidad. La segunda, es que las personas condenadas hasta 365 días de prisión, también paguen sólo con servicios comunitarios. Beneficios que se extenderían sólo a personas que comenten por primera vez un delito y que actualmente sacaría a aproximadamente cinco mil reos de las cárceles.
La tercera propuesta establece la exclusión de los seremis de Justicia de la decisión de las libertades condicionales, que ahora estará a cargo de una comisión de diez jueces para asegura un criterio de objetividad.
Finalmente, se plantea un indulto conmutativo, es decir, sustituir la pena por otra, medida dirigida a cuatro grupos que representan a cuatro mil reos que acceden al régimen de salida diaria, condenados a pena de reclusión nocturna y mujeres que hayan cumplido dos tercios con conducta sobresaliente.
En todos los casos debe cumplirse como condiciones el no estar condenados por delitos graves, como homicidio, violación o narcotráfico y firmar un compromiso de no volver a delinquir.
El ministro Bulnes señaló que aún queda como una tarea pendiente una legislación que se haga cargo de los reos enfermos terminales o mayores de 80 años, porque todavía no existen los consensos para que esto suceda.
De esta manera, se descarta por ahora lo que había sido una aprehensión de sectores sociales y políticos a que estas medidas puedan favorecer a violadores de derechos humanos.