Sanaa.- Jefes y miembros de dos de las más importantes e influyentes tribus de Yemen anunciaron hoy su adhesión a las revueltas populares contra el presidente Ali Abdulah Saleh, tras criticar la represión contra los opositores.
Los líderes de la tribu Hashid, jeque Hamid Bin Abdulah Al-Ahmar y Mohammad Abdel Illah Al-Qadi, dijeron respaldar a los manifestantes que exigen la dimisión de Saleh y presentaron su renuncia al Congreso General Popular (CGP), el partido de Gobierno aquí desde hace 32 años.
Las deserciones se decidieron durante una reunión sostenida este sábado en una localidad del norte de Sanaa, la capital, en la que decenas de miles de miembros de esa tribu y de la Baqil también se sumaron a quienes reclaman la salida del poder del mandatario.
Según explicaron a medios locales, la decisión se precipitó luego que el viernes murieron cuatro manifestantes y otros 40 resultaron heridos a causa de disparos hechos por la policía antimotines en la ciudad meridional de Adén, además de otros casos en Sanaa y Taiz.
El distanciamiento de ambos jefes de Saleh significa un duro revés para el jefe de Estado ya que en la estructura social de Yemen ese tipo de agrupación es la unidad primaria básica, subdividida en clanes.
La Hashid está considerada la segunda mayor comunidad tribal de este país de la Península Arábiga, integrada por nueve clanes, incluido el Sanhan al que pertenece Saleh, por lo que perder su apoyo implica para cualquier gobernante yemenita carecer de un pilar indispensable.
El otro conglomerado étnico es el Baqil, el más numeroso de la nación, y muchos de sus miembros secundaron la postura de los Hashid, con quienes históricamente han mantenido una relación de bastante unidad dado su origen común, pese a algunas divergencias.
Las protestas antigubernamentales se desataron el 27 de enero y luego se intensificaron el 13 de febrero, momento a partir del cual se registró el mayor número de muertos y heridos, la mayoría causados por agresiones de fuerzas policiales y partidarios del presidente.
En Adén han perdido la vida hasta ahora 16 personas, mientras el total en el país supera los 30, de acuerdo con datos de la oposición.
Saleh dispuso hace tres días que se brindara protección a los manifestantes para evitar incidentes como el del pasado martes, cuando seguidores suyos dispararon contra estudiantes en inmediaciones de la Universidad de Sanaa, causando dos muertos y unos 20 lesionados.