Saná.- Al menos seis personas murieron hoy al continuar por octavo día consecutivo las manifestaciones contra el presidente de Yemen, Alí Abdalá Saleh, en el poder desde 1978, mientras protestas contra los regímenes totalitarios en las naciones con población árabe se extendieron a Yibuti, Jordania y Omán.
En la sureña ciudad yemenita de Taez, la explosión de una granada contra un mitin antigubernamental dejó dos muertos y 27 heridos. El ataque se produjo cuando centenares de personas se manifestaban de nuevo en el centro de esta ciudad tras la plegaria musulmana del viernes para pedir la salida del presidente Saleh.
En Adén, también al sur del país, cuatro personas murieron por disparos de bala cuando la policía dispersaba una protesta.
Saná, la capital, volvió a vivir enfrentamientos con al menos cuatro manifestantes heridos tras un ataque de partidarios del presidente, además varios periodistas resultaron heridos; simpatizantes del partido en el poder, el Congreso Popular General, los atacaron con bastones y hachas.
Saleh es un aliado clave de Estados Unidos en su lucha contra Al Qaeda; fue elegido para un mandato de siete años en septiembre de 2006 y el 2 de febrero pasado prometió no presentarse a la relección en 2013.
En Yibuti –país del este de África y que comparte frontera con Etiopía– la policía usó granadas lacrimógenas la noche del viernes contra manifestantes al final de una concentración de la oposición contra el régimen del presidente Ismael Omar Guelleh, a cargo del gobierno desde 1999.
En Jordania, al menos 10 personas resultaron heridas en Ammán, la capital, cuando elementos progubernamentales armados con palos atacaron a cientos de activistas y religiosos que tomaron las calles en demanda de reformas políticas después de los tradicionales rezos. Los atacantes coreaban consignas de apoyo al rey Abdulá II.
El gobierno jordano condenó la violenta represión y aseguró que investiga el incidente.
Cientos de sirios protestaron contra la violencia policial después que agentes presuntamente propinaron una paliza a un joven en Damasco, la capital.
En Omán, unas 800 personas, entre ellas intelectuales, escritores y profesores, salieron a reclamar mayor democracia y un Parlamento con más poder.
A todo esto en Túnez, un sacerdote de origen polaco, Marek Rybinski, fue degollado por extremistas según las autoridades y una calle donde se ejerce la prostitución sufrió un ataque por parte de islámicos que pretendían incendiarla.
La inseguridad se ha desatado en este país del norte de África tras el derrocamiento del presidente Zine El Abidine Ben Alí.