La existencia de las Fuerzas Armadas es un pésimo negocio, y no ahora…desde siempre. Es un asunto de ingresos y egresos, así debe ser tratado el tema, mercantil y comercialmente hablando. Eso del valor, el patriotismo, el honor militar, dar la vida si fuera necesario, la honradez, tradición, sus viejos estandartes es sencillamente… polvo en el viento.
Los militares deberían convertirse en una empresa privada, el asunto es privatizar las Fuerzas Armadas, tanto dinero público tirado al agua, que nunca queda dulce… es suficiente.
Se trata de una profesión cuyo fundamento es ganar las guerras en el momento que estas se sucedan. Los militares se educan para eso, la practican, hacen ejercicios, desfiles con gran parafernalia y de elevado costo al erario nacional, el tema de la guerra es material de estudio constante, incluso diplomas de postgrado, entonces es hora de que se hable de la… empresa militar
Aunque hay algunos que niegan y rechazan la argumentación que el dinero gastado en las Fuerzas Armadas es inútil, y debería invertirse en educación o salud, replican manifestando que es dinero bien utilizado, ya que así se asegura la paz, y las fronteras se mantienen donde quedaron, y esto no es verdad.
En el caso de los militares eso no está comprobado. Hace ya más de un siglo que ganaron una guerra, digamos guerra, donde los orígenes están extremadamente claros, no fue cosa de banderas, ni de honor, ni un llamado urgente del alma de la patria llorando y pidiendo a gritos, se trató de salitre y de intereses vinculados a ellos, un grupo de chilenos coludidos con capitales ingleses, en resumen, aspectos meramente económicos.
No se puede aceptar que lo sucedido en 1973 fue una guerra, dos informes dejan un listado de victimas asesinadas e indefensas. Las FF.AA aceptaron actuar ante el pedido y las obligaciones que habían acordado con los EE.UU, es de público conocimiento que algunos oficiales eran parte de la planilla de salarios en
Si las Fuerzas Armadas fueran una empresa privada, ante la eventualidad de una guerra, se debería firmar un contrato con ellos, los civiles estarían obligados a cancelar por los servicios prestados si los militares por supuesto ganan la guerra, lo que podría ser pagado por ejemplo descontando por planillas a todos los chilenos una cuota. Pero si la pierden, entonces deberían a entrar a responder los seguros, y ellos correr con los gastos, no es justo pagar por un mal servicio en este caso defectuoso, inútil, derrotado, y que no respondió a las expectativas.
Se preguntarán algunos angustiados, donde obtendrían recursos propios las Fuerzas Armadas para autofinanciase, hay muchas maneras. Una de ellas es hacer propaganda, que pinten los tanques con publicidad de bebidas gaseosas, que los cascos estén decorados con calcomanías de cadenas de restaurantes, que los uniformes se tengan algún parecido a los de los corredores de autos de formula uno, publicidad de bancos y aseguradoras, rifas, loterías, bailes y bingos, el mundo del libre mercado está lleno de posibilidades, no hay que olvidar que durante casi veinte años las patriotas Fuerzas Armadas privatizaron las grandes empresas que eran patrimonio de todos los chilenos, diciendo que era lo mejor que le podía suceder a Chile, y que por aquel camino se llegaba a la felicidad, y ellos de público.
Las Fuerzas Armadas han defendido las bondades de la globalización, y es tanto así, que les posibilita utilizar bancos extranjeros, visitas a paraísos fiscales, sociedades secretas, para esconder el dinero que se roban, o que reciben como soborno. Extraña que siempre en este tipo de delitos estén involucrados altos oficiales, nunca se ha podido conocer que algún sargento segundo, algún cabo a cargo del rancho, tenga cuentas secretas en Luxemburgo, Andorra o las Islas Caimán
Las Fuerzas Armadas deberían ser empresa privada, de esta manera por ejemplo sus ingenieros serían capaces de construir un puente mecano fabricado en Chile, con obreros chilenos, algo “made in acá”, y que sirva para lo que sirven los puentes, así los chilenos sabrían que esa gente militar hace cosas que sirven, y por lo cual se les debe pagar, pero vivir de prestado como hasta ahora, comiendo y vistiéndose con el dinero ajeno y de todos los chilenos… ya es demasiado.
Hace algunas semanas el país se enteró que el ejército había comprado tanques y carros de combate, usados, viejos, de saldos y en oferta, (los alemanes quedaron muy contentos con el negocio), y ante este cuadro es muy legítimo, que los chilenos serios apuesten siempre por la solución dialogada y civilizada en los conflictos pendientes.
En la medida que exista verdadera voluntad de resolver los asuntos de limite y fronteras, de manera definitiva con los países vecinos, estaríamos frente a un segmento de la sociedad que no tiene necesidad de existir, salvo para desfiles, aunque también en este caso si fueran empresa privada se les podría pagar para verlos marchar, de la misma manera que se paga la entrada a un circo o a un concierto.
La prolongación de estos temas, el alargamiento de estos conflictos, la permanencia en el tiempo de problemas que tienen solución, solo busca la justificación de la usurpación del dinero de todos los chilenos, no se puede decir que los sueldos de la oficialidad son “reguleques”.
Durante los gobiernos post dictadura, todos han pasado por el lado de las Fuerzas Armadas, mirando para el lado. Todos los Ministros de