Protestas antigubernamentales que exigen la renuncia del presidente Hosni Mubarak continúan paralizando este martes la ciudad de El Cairo, la capital egipcia, escenario de manifestaciones desde hace siete días.
Miles de personas se han congregado nuevamente en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, para expresar su inconformidad con la pobreza, el hambre, la falta de libertades y de democracia, además de rechazar la represión policial por la que responsabilizan al Gobierno de Mubarak.
Con pancartas y consignas, frente a soldados y agentes policiales, los manifestantes aseguraron que mantendrán las demostraciones hasta conseguir el propósito final de forzar la dimisión de Mubarak, quien hasta ahora ha ignorado el clamor de sus adversarios, según reseñó la agencia Prensa Latina.
La oposición egipcia ha convocado para este martes a una movilización en la capital, donde este sector político de la nación africana espera reunir un millón de personas, con el objetivo de demostrar a Mubarak que debe irse.
También algunos coordinadores de las manifestaciones planean llamar a una huelga general para este miércoles, también con el fin de demostrar a Mubarak que la situación “es ingobernable, que tiene los días contados y tiene que irse”, según dijeron.
Esta nueva jornada de protesta está precedida por el anuncio realizado por el Ejército egipcio, cuyas autoridades anunciaron que ese órgano castrense no usará la fuerza contra los manifestantes durante la llamada marcha del millón.
Las protestas se mantienen en Egipto desde el pasado el martes, cuando miles de activistas convocaron a un “día de furia” contra el Ejecutivo. Desde entonces, en diversas ciudades del país exigen la renuncia de Mubarak, quien está en el poder en el país árabe desde hace 30 años.
El mandatario se ha negado a renunciar, pero el pasado viernes anunció la renovación de su gabinete en un intento de aplacar los reclamos de cambio. Por primera vez durante su mandato, Mubarak nombró a nuevos vicepresidente y primer ministro.
Sin embargo, los ciudadanos rechazan los gestos del gobierno y desafían el toque de queda. Las manifestaciones, durante estos ocho días, han dejado un saldo de 123 muertos y miles de heridos.
Los manifestantes aseguran que mantendrán las protestas hasta conseguir la dimisión del presidente Mubarak.